lunes, 16 de diciembre de 2013

La lucha interna entre la independencia y el apego. La interdependencia.

Todos desde que nacemos tenemos la imperiosa necesidad de unirnos a otro ser humano por el simple hecho de que nuestra supervivencia depende de ello. Partimos de un sistema de apego, una necesidad de que nos cuiden, nos arropen y protejan, un sistema básico para nuestra supervivencia.


Por ello nuestros cerebros segregan una serie de hormonas que nos impelen a acercarnos al otro de forma intensa, como afirma  Linda F. Palmer, autora de Baby Matters[1]: “Los bebés humanos nacen desamparados, necesitan ser totalmente protegidos y cuidados. Afortunadamente, nacen con todas las herramientas e instrucciones necesarias para lograr ese cuidado (…) Las interacciones neurales y hormonales que se establecen entre los padres y el bebé para asistirles en este proceso son de las más poderosas de la naturaleza”.

Y puesto que nacemos con este sistema de fusión hacia el otro debemos convivir con la consciente necesidad  de que los demás son importantes para nosotros.  Tenemos apego hacia alguien cuando:

·         Buscamos su proximidad: tenemos la necesidad de estar con esta persona, se convierte en una de nuestras prioridades.

·         Protestamos por su separación: cuando la persona elegida se aleja, lo pasamos mal y la echamos de menos, intentamos que se quede a nuestro lado. Es uno de los elementos clave de la fusión-separación: nos unimos al otro pero también deseamos alejarnos un tiempo para echarle de menos y querer volver a su lado.

·         Es una base para nuestra seguridad: cuando caemos en la inseguridad, estamos tristes y nos sentimos desamparados, pensamos en esta persona y queremos su proximidad física o emocional, para volver a equilibrarnos.

·         Es nuestro puerto de refugio: como en el caso anterior, cuando algo nos aflige, nos acontece un suceso negativo o peculiar, deseamos contárselo a alguien y en la primera persona que solemos pensar suele ser la que hemos elegido como apego.

Estas son las características del sistema de apego que todos hemos ido cultivando desde que nacemos y las mantenemos, modificamos y utilizamos cada vez que necesitamos una persona a la que consideramos adecuada para estos fines.

Pero por otro lado, el ser humano y más concretamente el ser humano moderno, lucha por su independencia y su individualidad, incluso a muchas personas puede que esta necesidad de apego empiece a molestarles, pues no saben cómo mediar entre esta y sus ganas de ser independiente.

Todos necesitamos momentos de soledad, en los que encontrarnos a nosotros mismos, automimarnos y autocomplacernos, pero también necesitamos momentos de apego, de lamer nuestras heridas acompañados de alguien que nos escuche, es una lucha interna constante entre el apego y la necesidad de independencia.
Para algunos las batallas las suele ganar el sistema de apego y viven con la necesidad constante del otro, para otros gana la independencia, el huir de la necesidad que tienen  los demás de apegarse, unas veces queremos ser amados otras queremos estar en nuestro mundo alejados.

Muchas personas viven esta dualidad como un verdadero problema de inconsistencia o incongruencia interna, pues desean amar pero cundo aman, desean huir y cundo huyen se arrepienten y vuelven. En estos casos la ansiedad se apodera de ellos, pues no pueden tranquilizar a sus corazones (el sistema nervioso simpático acelera el corazón debido a la ansiedad) y viven un desasosiego continuo, con su lucha permanente entre la independencia y la necesidad de apego.

Lo ideal podría ser acostumbrarse a ambos sucesos, saber que necesitamos apego y a la vez queremos ser independientes y para ello nace la palabra: interdependencia. Podemos definir esta como una dinámica que se establece entre dos personas que actúa desde el “nosotros”, donde se comparte una responsabilidad siempre respetando las decisiones del otro, dándoles validez y ayudando al crecimiento personal de ambos. Como afirma Laura Bellarosa[2]: “La dependencia se centra la atención en TU: Tú me cuidas, tú haces o no haces lo que yo necesito, tú eres responsable o culpable por los resultados. La independencia se centra la atención en YO: Yo soy responsable, Yo soy autosuficiente, yo puedo elegir. La interdependencia se centra en nosotros (…). El concepto de interdependencia es mucho más maduro. Pero solo se alcanza desde la libertad de la independencia y es una decisión consciente y responsable”.

Parece que una de las formas más eficaces de combatir esta dicotomía entre independencia y apego, puede que sea aprender a colaborar con los demás (pareja, amigos, familia) desde este concepto. Uno podrá defender sus derechos de independencia y a la vez afianzar su apego con un ser humano que respeta las individualidades y ayuda al otro a desarrollarse como persona.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Una vez más.

Y aquí, llorando, solo, partiendo de mí, rompiéndome entero, jugando a que quieres que seamos amigos, no funciona. Y aquí, llorando sin remedio, porque no he podido convencerte pues las palabras no me salían, pero en mi mente te convencía de que aun nos queda amor que explotar. No suelto palabra, pero si escucharas dentro de mí, hoy dormirías a mi lado, acurrucada, quitándote el frio pues mi cuerpo te calienta, pero no tengo palabras, sé que esto funciona, tu funcionas tan bien como engranaje y aun hay deseo, lo demostraron nuestras lenguas antes de irte, aun hay “te quieros” sinceros, pero lo vas a dejar morir, con la suavidad de la que sonríe sabiendo que las próximas miradas serán de otra manera. No dejes que me muera dentro de ti, se valiente una sola vez más, solo una vez más…

lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Nos gusta esto?

Me has vuelto a extinguir la sonrisa, las ganas, me dices que te esforzarás y me demuestras que sí que te esfuerzas pero en el sentido contrario, tu voz no es real, tus actos si, te creo distinta, con potencial, también creo que quieres que me canse aposta, para que dé el paso, y nos deje caer al suelo, y que al rebotar cada uno viaje a un lugar diferente. Me he quedado en coma, sin saber que decirte, ha llegado tan pronto la nueva desesperanza, no tardamos ni una semana en demostrarnos quienes somos en realidad. ¿Nos gusta esto? ¿Nos gusta esto? ¿Nos gusta esto?

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.