sábado, 26 de mayo de 2012

Diferencia entre enamoramiento y amor.

Ambos conceptos a pesar de que pueden ir unidos, debemos entender que no significan lo mismo. Uno y otro son elementos de un mismo continuo, comenzamos enamorándonos y si todo va bien es el amor el que se adueña de nuestras vidas.

El enamoramiento es la carga intensa emocional que sentimos al principio de una relación, la que no nos deja dormir, la obsesión de pensar continuamente en nuestro amado, la montaña rusa de sensaciones agradables y en ocasiones desagradables, nos hace reír y llorar como nunca.

En palabras de F. Alberoni, el enamoramiento es: “el estado naciente de un movimiento colectivo de dos”, es un principio, un nacimiento, un comienzo, que lleva a dos personas a querer verse continuadamente para seguir conociéndose, entendiéndose, uniéndose. Algunos autores como Sternberg o N. Branden, denominan al enamoramiento como: “amor romántico”, definido este como un estado donde domina la pasión y la intimidad, elementos claves de este estado naciente. Para Branden por su lado, el amor romántico: “es un vinculo apasionado espiritual-emocional-sexual entre un hombre y una mujer que refleja una alta estima mutua de su valor como persona”. Como se puede comprobar Branden menciona también estos dos elementos, pasión (sexual) e intimidad como claves para entender el enamoramiento.

En definitiva, el enamoramiento es el motor inicial por el que nos sentimos intensamente atraídos por alguien, pues se produce un torrente de sensaciones y cambios en las sustancias de nuestro cerebro, donde la intimidad y la pasión son las protagonistas y el amor por su lado, es la vuelta a la serenidad de esos cambios y donde el compromiso juega un papel mayor. En un primer momento nos enamoramos, sentimos ese aluvión de sensaciones y cambios homeostáticos, este proceso declina según varios estudios científicos, entre los 22 y 33 meses (sí, el enamoramiento tiene fecha de caducidad) y a continuación y si todo marcha bien aflora el amor, donde tomamos una postura más relajada ante la relación y donde cobran más fuerza palabras como compromiso, compañerismo, cariño, serenidad.

El amor pues, es un elemento más calmado, sereno, suave. La palabra clave para entenderlo es el compromiso. Y aunque la pasión fluctúa a lo largo de toda una relación, esta ha de mantenerse, pese a que en ciertas etapas quede relegada a un segundo plano. Es decir, el amor sigue nutriéndose de la pasión y de la intimidad que caracterizaba al enamoramiento (o amor romántico, ambos términos serán utilizados como sinónimos), pero la pasión puede ir fluctuando a la baja (no desapareciendo por completo) y dando mayor prioridad al compromiso. Lo que Sternberg denominaba “Amor consumado” o forma completa del amor.

Para Alberoni el amor es una “vinculación más estable, duradera, a la cual tiende el enamoramiento en cuanto portador del proyecto”. El amor es la continuación del enamoramiento, cuando dos personas están unidas y pretenden seguir estándolo, es la institucionalización del amor romántico, dos proyectos que se fusionan en la búsqueda de un futuro común.

Siguiendo a E. Fromm “el amor implica ciertos elementos básicos, (…). Estos elementos son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento”. Para Fromm, hay varios tipos de amor, amamos a nuestros padres, hijos, hermanos, podemos amar de forma espiritual a Dios, lo que San Agustín definía como “Caritas”, el amor a Dios, espiritual, podemos amar a nuestra pareja o para San Agustín “Cupiditas” (significa deseo) y todas estas formas de amor tienen en común los elementos básicos mencionados. E. Fromm denomina como amor erótico, al amor que se siente por una sola persona, la necesidad de unirse y fusionarse completamente a ella. Este autor también diferencia el amor del enamoramiento, para él al amor “se le confunde con la experiencia explosiva de enamorarse, el súbito derrumbe de las barreras que existían hasta ese momento entre dos desconocidos. Pero tal experiencia (…) es de corta duración”. Para que sea amor y no enamoramiento hay que amar la esencia del ser del otro, no es un mero deseo sexual o la necesidad de intimidad vacía, sino el amor va más allá, no necesita de una nueva conquista pasado el fervor inicial, por lo que el amor se torna un acto de voluntad “decisión de dedicar toda nuestra vida a la de la otra persona”, un compromiso completo.

En definitiva, los pasos lógicos que atraviesa una pareja son en primer lugar, un deseo, atracción que conlleva al enamoramiento, este tiene fecha de caducidad, por lo que o la relación muere, a manos de otros amantes, por desuso, por distanciamiento, por la búsqueda única del enamoramiento, por la tendencia a la filofobia (fobia al amor o a comprometerse con alguien), entre otras variables o bien aflora el amor, la necesidad de unión más allá de la pasión y la intimidad, que comporta un compromiso férreo, una dedicación al otro, un compañerismo, un don.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Anatomía de una discusión. Los sistemas que usa el ser humano a la hora de discutir con su pareja.

Resumiendo brevemente y simplificando (puesto que no procede dar una clase de neuroanatomía) podemos decir que el ser humano se enfrenta a su mundo social e interpersonal a través de dos vías, la vía inferior y la superior.

La vía inferior, digamos que está gobernada por la amígdala cerebral, esta forma parte del sistema límbico , y su papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales, es decir controla el miedo, la ira y las sensaciones básicas que alertan al cuerpo a luchar o huir, por lo que está implicada en las emociones negativas, y en asociar estas emociones negativas a otros aspectos ya aprendidos, también se encarga de gestionar emociones positivas. Esta vía opera de forma veloz, impulsiva, automática, quedando por debajo del umbral de la conciencia, en palabras llanas, esta vía provoca en nosotros respuestas rápidas e irreflexivas, de las que posteriormente podemos arrepentirnos.

De la vía superior podemos decir que está gobernada por la corteza prefrontal que se encarga de la intencionalidad de nuestra conducta, implica que podamos pensar en lo que está sucediendo y provoca que tengamos una conducta flexible, en esta vía también entra en juego el área orbitofrontal, pero para no extenderme solo mencionaré que también es parte importante de la vía superior y podemos entenderla como la estación de relevo entre ambas vías (se encarga de afectos, sentimientos, recompensas, entre otras funciones). La vía superior opera de forma más lenta, deliberada y sistemática, considerando los sentimientos de forma más detenida, reflexionando sobre lo que esta ocurriendo.

Una de las diferencias más significativas entre ambas vías se encuentra en que la vía inferior es menos exacta porque lo que le importa es responder con velocidad y la superior responde más lentamente en pro de la exactitud.

Pues el ser humano se enfrenta a la sociedad y a sus relaciones interpersonales con estas dos vías. Cuando nos sentimos atraídos por alguien, cuando respondemos con un improperio de forma irreflexiva, cuando discutimos acaloradamente y de manera automática, cuando tenemos nuestras primeras impresiones a cerca de alguien o cuando quedamos contagiados por los sentimientos de los demás estamos usando la vía inferior. La vía superior sirve para protegernos de los problemas que nos pueda causar la vía inferior, se activa cuando prestamos atención deliberada a alguien, cuando queremos responder sopesando nuestra respuesta, sirve para comprender nuestro propio estado de ánimo y lo que ocurre alrededor.

Tenga en cuenta que los pocos ratos de ocio que tiene nuestro cerebro los usa para recordar momentos sociales, pensar en quien queremos, recordar momentos alegres y en definitiva en situaciones que nos han ocurrido en presencia de los demás, es decir el divertimento preferido de nuestro cerebro cuando no le damos trabajo, es pensar en los seres queridos y en historias acontecidas con ellos, en palabras de Goleman “en la revisión de nuestra vida social”.

Por lo que para nuestro cerebro la vida social es muy importante y necesita de estas dos vías para que podamos entendernos con los demás, socializarnos.

Una vez entendidas cada una de las vías, la cuestión que debemos hacernos es: en una discusión con nuestra pareja ¿cuál de las dos vías es preferible utilizar?

Cuando discutimos irreflexivamente, es decir utilizando la vía inferior, corremos el riesgo de arrepentirnos de lo expulsado por nuestra viperina boca, puesto que lo dicho no pasa por el escáner del pensamiento reflexivo y podemos hacer bastante daño a nuestra pareja, parece lógico pues, que si queremos discutir un tema con nuestro amor, deberíamos utilizar la vía superior, ya que esta reflexiona, medita y procesa la información de lo que está ocurriendo tanto dentro de nosotros como fuera, es mejor tardar en responder a nuestra pareja, recapacitar y sopesar la contestación para después serenamente soltarla. Hasta aquí todo parece lógico, dejarnos llevar por la amígdala en una discusión parece una mala opción, pero ¿puede que al sopesar la respuesta hagamos más daño a nuestra pareja?, la respuesta es sí. Podemos ser capaces de meditar nuestra respuesta, ser fríos, para al final dar un golpe bajo meditádamente, provocando más daño aun que si hubiéramos respondido de forma irreflexiva. No hay nada que cause más dolor que alguien te haga daño a conciencia, siempre perdonaremos con mayor prontitud un improperio que proviene de la irreflexividad y la impulsividad (vía inferior) que un ataque derivado de la vía superior, es decir meditado.

Puesto que la finalidad de una discusión es poner en común dos puntos de vista enfrentados para hallar una solución factible sin que nadie salga perjudicado, ni herido, ni humillado, parece lógico que usar la vía superior para causar más dolor es la peor de las soluciones, quizás en este tipo de mentes habite mucha frustración, desolación y desamor. Con la vía inferior está claro que no solucionaremos el problema, la impulsividad no ayuda a buscar soluciones positivas, por lo que debemos utilizar un punto intermedio: la corteza orbifrontal, invocando a Goleman de nuevo, esta “determina nuestra acción después de enterarse de cómo nos sentimos con alguien, inhibiendo la primera respuesta instintiva, que podría llevarnos a actuar de modo que luego lamentaríamos”. Es decir, con esta corteza ponemos freno a la impulsividad, reflexionamos e intentamos solucionar el problema.

Para concluir, si vamos a discutir con alguien a quien apreciamos, dejemos de lado nuestra primera respuesta rápida, es decir obviemos a la amígdala, tranquilicémosla, no nos dejemos llevar por ella, que puede que nos arrepintamos de nuestra respuesta después, cuando estemos más serenos; digamos que los seres más civilizados son los que mantiene a raya a su amígdala y la sosiegan a tiempo (pensemos en la amígdala como en el Hulk que todos llevamos dentro, no lo despertemos). Mejor utilizar una contestación, aunque más lenta (que puede llegar incluso a desesperar al contrincante amoroso ávido de respuesta) pero más reflexiva y siempre usarla para el bien común y no para destruir aun más el amor deliberadamente.

Parece que la vía superior junto con la corteza orbitofrontal, bien utilizadas, pueden ser los grandes aliados para que nuestras discusiones acaben en buen puerto, sin sentimientos heridos, ni corazones rotos. Utiliza la cabeza (prefrontal), nunca mejor dicho, si vas a discutir con alguien que amas.

lunes, 21 de mayo de 2012

¿Por qué rechazamos sexualmente a las personas con las que hemos convivido desde la infancia y la adolescencia? La endogamia y la exogamia.

En primer lugar, vamos a definir que entendemos por endogamia. La RAE define endogamia como:

1. f. Práctica de contraer matrimonio personas de ascendencia común o naturales de una pequeña localidad o comarca.

2. f. Actitud social de rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo o institución.

3. f. Biol. Cruzamiento entre individuos de una raza, comunidad o población aislada genéticamente.


Por su parte en la Wikipedia encontramos una definición similar: “endogamia (del griego Endon "dentro", y Gamos, "casamiento"): matrimonio, unión o reproducción entre individuos de ascendencia común; es decir, de una misma familia o linaje. Asimismo, se entiende como endogamia el rechazo a la incorporación de miembros ajenos a un grupo social en particular. En biología, la endogamia se refiere al cruzamiento entre individuos de una misma raza dentro de una población aislada, tanto geográfica, como genéticamente”.

Por lo que podemos entender la endogamia, como una manera de reproducción genéticamente limitada, puesto que esta se realiza entre miembros de la misma familia, siendo rechazados los genes extranjeros, los que no pertenecen a dicha familia o grado de parentesco.

Pero en el mundo natural, la endogamia no suele estar de moda, es más, gran número de especies se vuelven locas de alegría “sexualmente hablando”, cuando ven aparecer a un extranjero, es decir a un nuevo ser pero de otro linaje genético. Entre los humanos parece que también existe esta extraña manifestación y las personas nuevas suelen atraer, sobre todo en poblaciones pequeñas. Parece que “lo nuevo atrae”, lo que se conoce como “el efecto del extranjero”. Piense en una clase de Universidad, un centro de trabajo o un pueblo pequeño acostumbrado a ver siempre las mismas caras, los mismos gestos, los mismos cuerpos y lo que ocurre cuando, a esta clase o pueblo, aparece un ser diferente, extraño y novedoso. Esta novedad puede causar un efecto de atracción, puesto que quizás estamos predispuestos a que lo nuevo nos guste. Si bien el ser humano necesita también de cierta familiaridad para enamorarse, esta llegará después cuando la nueva persona se asiente, así aparte de la novedad, también empezará a causar el efecto de familiaridad que provocará una atracción más intensa.

La endogamia se entendía en la especie humana como mecanismo para  mantener el control, la riqueza y el poder, puesto que si pertenecemos a una familia rica y nos casamos con nuestros primos, nuestra riqueza de una manera u otra se mantiene en el hogar, a salvo de manos extranjeras, pero poner a salvo nuestra riqueza ¿perjudica a nuestros genes? Parece que sí, la endogamia genética provoca problemas, el cruce entre primos y hermanos empobrece el acerbo genético, provocando complicaciones en la descendencia e incluso abortos. La mezcla genética diversificada, la exogamia (prohibición de casarse con un pariente) favorece una mejor adaptación genética en el futuro de los nuevos descendientes, mejora su sistema inmunológico y previene de enfermedades genéticas. La exogamia es una de las formas preferidas que tiene la naturaleza para que nos reproduzcamos con mayor éxito.

Es por esta necesidad de exogamia, por la que no suelen atraernos los amigos de la infancia, puesto que nuestro cerebro se plantea, que si hemos estado con esta persona desde pequeños, quizás sea porque nos une un lazo genético más fuerte que con el resto de seres, es decir que si mantenemos relaciones eróticas con nuestro mejor amigo de la infancia, quizás estemos cayendo en la endogamia y eso a nuestros genes no les conviene y rechazamos con aprensión, cualquier manifestación de nuestra imaginación que nos muestre desnudos en la misma cama con nuestro amigo de juegos infantiles.

Nos suele repeler mantener contacto físico con personas con las que hemos jugado a “los médicos” en nuestra infancia, por una búsqueda natural de la exogamia. Nuestro cerebro y genes no quieren jugársela y habiendo tantos seres con genes diferentes, ¿por qué vamos a elegir a una persona que podría tener relación de parentesco? En la actualidad, este hecho puede verse como un absurdo sinsentido, pues diferenciamos con claridad quienes son familiares consanguíneos de amigos y vecinos,  pero tenemos que entender que algunas de nuestras manifestaciones conductuales, las arrastramos evolutivamente desde los tiempos de las cavernas, donde quizás si era más probable que nuestros compañeros de juegos fueran también nuestros hermanos o primos, por lo que todo cobra sentido si lo vemos desde la perspectiva evolucionista.

domingo, 20 de mayo de 2012

La sonrisa: el mejor lubricante social.

Paul Ekman, psicólogo estadounidense, especializado en las emociones y la relación de estas con las expresiones faciales, descubrió unos 18 tipos de sonrisas autenticas que diferían en la posición de los músculos y los significados emocionales (llegaba a tal extremo, su dedicación a descubrir la posición de los músculos faciales, que no dudaba en aplicarse descargas eléctricas para controlar dichos músculos). Con tal cantidad de sonrisas que puede realizar un ser humano nos podemos hacer una idea de cuán importante es esta para las relaciones entre personas.
Paul Ekman.

Y es que el ser humano está programado para ser positivo, por mucho que le pese a los “antinaturales” pesimistas, nuestro cerebro suele hacer estimaciones optimistas e incluso demasiado “alegres” sobre los sucesos futuros, al estilo de “el cuento de la lechera”. Nos embarcamos en proyectos gracias a estas estimaciones positivas, pues creemos, a fin de cuentas, que todo lo podemos. Es por ello que también queremos y necesitamos gente positiva a nuestro lado. Entre otras razones por nuestras neuronas espejo que provocan que nos contagiemos de las emociones de los otros, y si los demás suelen estar tristes, cabizbajos, pesimistas, taciturnos, abatidos y dolientes, no tendremos más remedio que, neurológicamente, acabar padeciendo sus mismos males a distinta escala, según nuestro grado de empatía. Es así que la sonrisa se torna un elemento vital en nuestras relaciones.

Los estudios realizados en el laboratorio, demuestran que el ser humano prefiere los rostros felices, reconociéndolos más fácilmente que los que expresan otro tipo de emociones, hallazgo que los científicos han denominado: “el efecto de la cara feliz”. Parece que estamos predispuestos genéticamente a preferir sentimientos positivos, piense en el estrés que nos produce estar constantemente especulando y siendo negativos y las consecuencias que esto acarrea para nuestra salud, parece lógico que prefiramos estar alegres y juntarnos por ello con gente optimista. Si hay una predisposición genética a la felicidad y al optimismo ¿puede que haya un porcentaje de la población que no tenga esta predisposición, ya que no alberga entre sus genes a los que son simpáticos y alegres? Quizás si, en todo caso siempre nos quedara la cultura y la crianza, para sobrellevar este hándicap del mal humor crónico.

Es por ello que la sonrisa es el mejor estimulo positivo que el ser humano puede mostrar, el mejor lubricante social. Se usa cuando nos equivocamos, como forma cortes de pedir perdón, ante una gracia, como saludo amoroso, como símbolo de amigabilidad, como un don que podemos regalar al otro. Pero tenga mucho cuidado porque el ser humano también está programado para descubrir el engaño, a leves observadores que seamos, nos cuesta bastante poco reconocer la sonrisa falsa, sabemos consciente o inconscientemente cuando alguien nos sonríe de forma distinta a la natural, un chip en nuestro cerebro suele avisarnos, quizás hasta algo nos diga que esa persona no parece de fiar. De todas formas para las personas más benevolentes o despistadas, un truco para saber si alguien sonríe de forma falsa o por simple cortesía, es mirar la zona de la boca, pues una de las dos mejillas se suele levantar más, es decir hay una asimetría en la zona de los labios y mejillas, haciéndose más evidente el levantamiento de uno de los extremos de la boca, cuando la sonrisa es sincera ambos lados de la boca se levantan de forma simétrica. Cuidado pues cuando vaya a sonreír falsamente, ya que nuestros cerebros suelen advertir que algo no cuadra.

Las personas que sonríen más suelen tener una vida social más amplia y de mayor calidad, pues como he mencionado antes, nuestras neuronas espejo provocan que nos contagiemos de las emociones y sentimientos de los demás, por lo que todo el mundo desea de una forma u otra estar cerca de una persona sonriente (sincera), afable y positiva.

¿Cómo puede afectar nuestro estado de ánimo en una relación amorosa?, teniendo en cuenta lo comentado hasta ahora, estar con una pareja que refunfuña constantemente, que se queja de todo, que no ofrece soluciones alternativas y que siempre está malhumorada, puede incitarnos al mal humor, contagiados por su poca delicadeza emocional y si nos infectamos, la relación queda manchada por el hastío y la desidia, pudiendo provocar la ruptura inminente o la magnánima insatisfacción amorosa.


Nuestro estado emocional es contagioso y a la vez nos contagiamos del estado emocional de los demás, por lo que es importante en una relación (ya sea familiar, amistosa o de pareja), que el positivismo, el desenfado y la alegría sean los moradores cotidianos, pues a cual efecto mariposa, nuestra irritación de hoy puede provocar el huracán del desamor del mañana.

Sonreír y reír nunca esta demás siempre que se haga de forma sincera y como menciona uno de los mayores expertos sobre inteligencia emocional y social, Daniel Goleman: “la risa puede ser la distancia más corta entre dos cerebros”. A sonreír pues en pro de la felicidad.

viernes, 18 de mayo de 2012

El Efecto Pigmalión. Cómo afecta a las relaciones de pareja. Cuidado con nuestras creencias.

Este efecto es de origen griego. El escultor llamado Pigmalión se enamora de Galatea, una de sus creaciones, le profesaba tanto amor que incluso la trataba como si estuviera viva. Afrodita (Venus) al ver el amor que sentía el escultor por su creación decide otorgarle vida.

Las ideas que tenemos sobre alguien pueden influir directamente en esa persona y podemos provocar que esta se comporte como nosotros deseábamos y preveíamos en ella. Un profesor que cree que un alumno es inteligente y bueno, puede provocar en este que acabe siendo más inteligente y bueno de lo que realmente es o se proponía en un principio, puesto que las expectativas del profesor influyen de manera consciente e inconsciente en el alumno provocando una profecía autocumplida (expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta).

Así el Efecto Pigmalión puede definirse como “el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otra afectan de tal manera en su conducta que la segunda tiende a confirmarlas (http://choulo.wordpress.com, 2009).

Para llevarse a cabo este efecto se necesitan tres aspectos: “creer firmemente en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir y acompañar con mensajes que animen su consecución”
(Pepe López, 2006).

Este efecto tiene dos polos opuestos, uno positivo con el que mejoramos a través de nuestras creencias las conductas del otro, como en el caso del profesor y alumno comentado, y/o un efecto negativo, donde a través de nuestras creencias negativas sobre alguien, modificamos sus conductas, volviéndose contraproducentes, por ejemplo, el jefe de una empresa desaprueba con malas caras las conductas de su subordinado con el resultado de que este acabará trabajando peor y más desmotivado a causa de esta postura negativa de su jefe, lo que en definitiva provocará que realmente trabaje peor y así el jefe confirmará sus sospechas, en un principio infundadas.

Nuestras creencias afectan a las conductas de los demás, entre otras variables, porque en el ser humano hayamos una serie de neuronas llamadas neuronas espejo, que reproducen las emociones de los otros y las tomamos como propias, es decir si nuestro jefe viene enfadado al trabajo, esta emoción se contagia a los trabajadores, pues estos siente de manera consciente e inconsciente las mismas sensaciones negativas que su jefe. Tenemos un cerebro social que nos predispone a sentir lo que los demás sienten, provocando cambios en nuestras sensaciones y conductas posteriores.

¿Cómo puede afectar el Efecto Pigmalión en las relaciones de pareja? Pues como puede intuir o positiva o negativamente, según nuestras creencias de base.

De forma negativa, pensemos en una relación donde uno de los participantes amorosos, esta siempre diciendo que la relación va mal, que cree que el otro le va a dejar, que la diferencia de edad antes o después será un hándicap, que el otro se cansará de la relación y le dejará tirado y un largo etcétera de distorsiones cognitivas e ideas infundadas, según el efecto estudiado, estas expectativas pueden provocar, sin darnos cuenta, que el cónyuge o pareja cumpla lo que pensamos, provocando una profecía que se autocumple, donde al final tenemos razón pero porque la hemos provocado con nuestras expectativas.

Y de forma positiva, nuestras creencias sobre la solidad de la pareja, con manifestaciones positivas de lo que se siente cuando se está con la otra persona, hace mejorar la relación pues el amado, al ser alabado acaba comportándose conforme dictaba esa alabanza, convirtiéndose en mejor persona, si cabe. Si profesas devoción positiva sobre tu relación, esta creencia inunda las creencias de tu pareja, haciendo que esta vea mejor y más positiva la relación, digamos que el Efecto Pigmalión en este caso actúa de cemento unificador de la pareja, incita a una unión más solida y placentera.

Por lo que en resumidas cuentas, para que una relación sea sana, duradera y gratificante, más nos vale utilizar este efecto de forma positiva, alabando, cuidando y siendo considerados con nuestra relación y pareja. De lo contrario las ideas distorsionadas y negativas sobre nuestra relación pueden provocar que al final todo se vaya a pique, por nuestra injustificada forma de ver la vida.

Aproveche estos conocimientos en pro de la satisfacción amorosa.

martes, 15 de mayo de 2012

Olor corporal y atracción genética. Nos sentimos atraídos por ciertos olores corporales.

Este artículo versa sobre el complejo principal de histocompatibilidad (MHC). Es un complejo genético que intervienen en el sistema inmunitario, con la finalidad de contribuir a determinar la resistencia frente a las enfermedades, y al parecer, causante de que los seres humanos vayamos buscando parejas que tienen un MHC distinto al nuestro, pues así el futuro bebé tendrá dos tipos de paquetes de genes resistentes a las enfermedades.

Una de las hipótesis esenciales es que puede que algunas parejas lleguen a ser genéticamente incompatibles, provocando incluso la inviabilidad de futuros hijos a través de abortos espontáneos, por esta incompatibilidad mutua genética. La pregunta que se hace necesaria es la siguiente: ¿tiene esto algo que ver con las infidelidades en las relaciones de pareja? En algunas especies animales donde la incompatibilidad suele ser alta, las hembras eluden este hándicap, apareándose con más de un macho, para provocar que esta incompatibilidad sea lo menos perniciosa para la futura descendencia. En humanos, ¿puede que las mujeres a un nivel inconsciente sean infieles a las parejas en las que detectan esta incompatibilidad? Estudios realizados con camisetas sudadas de hombres, pueden darnos una pista de cómo funciona el MHC en el ser humano.

Se les hizo sudar camisetas a una serie de hombres, a través de ejercicio físico, para después estas mismas camisetas, ser llevadas a laboratorio, con la finalidad de que un conjunto de mujeres las olieran y sopesaran cuales eran los olores que más les atraían. El experimento fue realizado al azar, es decir, nadie conocía a nadie. Los resultados muestran que las mujeres elegían las camisetas cuyo sudor tenía un MHC distinto al de ellas, con lo que se concluye que las personas prefieren el olor de individuos cuyos genes, para este complejo, sean distintos de los propios. Un dato curioso, las mujeres que en ese momento tomaban la píldora, preferían hombres con el mismo MHC, cuanto menos interesante.

Como podemos intuir, parece que gran parte de la atracción primera que sentimos hacia alguien, proviene de un proceso que no controlamos de manera consciente. Podríamos pensar que nuestros genes se las ingenian para determinar, en cierto grado, quiénes pueden ser buenos sujetos para ser amados.

El olfato y el gusto son dos sentidos que trabajan en estrecha colaboración, pues la combinación de ambos incrementa el umbral de los sabores y olores, por ello y teniendo en cuenta lo comentado hasta ahora, cuando besamos a alguien ¿podemos saber en cierto grado si es genéticamente compatible? ¿No le ha pasado nunca que ha besado a alguien y se ha dado cuenta de que esa persona no era para usted?, dejando a un lado la técnica inherente del beso, (si babeaba demasiado o tenia la boca seca o cualquier otra circunstancia), que a pesar de ser influyente, no ahonda en lo propuesto en este articulo. Hablamos de la sensación que nos produce oler y saborear el beso con la intuición posterior de que la persona que tenemos a milímetros no es para nosotros, pues bien, después de lo expuesto aquí, quizás debamos hacer más caso a esta sensación e intuición de lo que nos pueda parecer a primera vista.

Elección de pareja e infidelidad quizás vayan unidos a este complejo MHC. Nuestro sistema es sabio, desea elegir personas con buenos genes y no solo buenos genes, sino compatibles a nosotros, con la finalidad potencial de una reproducción eficaz y la salvaguarda de una descendencia sana y deseable.

Para terminar este artículo, se hace necesario lanzar un interrogante ¿Qué favor nos hacen los productos químicos como desodorantes, colonias y perfumes a la hora de encontrar a amantes compatibles? Quizás, algunos de estos productos, un flaco y engañoso favor, pues las grandes empresas se empeñan en crear fragancias con feromonas atrayentes, que en cierta manera pueden engañar a nuestro sistema durante un tiempo, pero si convivimos con nuestra pareja está claro que antes o después podremos destapar la verdad que subyace bajo sus pieles y quizás para entonces sea tarde y nuestro cerebro pida a gritos silenciosos que debemos alejarnos de esta persona porque no es compatible, que solo fue una ilusión óptica y atrayente, una ilusión creada por el marketing industrial de los olores camuflados.

Estemos atentos de lo que nos pide, dicta o intuye nuestra mente cuando besamos a alguien por primera vez, pues quizás ese pensamiento no esté tan alejado de la realidad.

jueves, 3 de mayo de 2012

Relaciones de pareja. Cuando el problema es el sexo. Discontinuidad temporal sexual.

Hombres y mujeres somos distintos. En gran medida por nuestro dimorfismo sexual (los hombres tienen pene y las mujeres vagina) que nos lleva a tener ciertos comportamientos diferentes, entre ellos nuestra forma de vivir el sexo.

Cuando un chico y una chica se enamoran, sus cerebros cambian. En la mujer fluye una mayor cantidad de testosterona, lo que le lleva a aumentar sus ganas de tener relaciones sexuales, al chico, por el contrario, le disminuyen los niveles de testosterona, lo que le provoca que desciendan sus ganas de tener sexo indiscriminadamente y pueda centrase mejor en su ser amado (incluso algunos se sienten mal al masturbarse, ¿mala conciencia o cuerpo sabio?).

Una posible finalidad de este suceso, es que la pareja pueda centrarse más y mejor en sus quehaceres amorosos, ella desea sexo de forma continuada y el al descender sus niveles de testosterona, sigue deseando sexo pero con la pareja amada, ya no va mirando a lo loco, pensando lascivamente. Se produce una mayor unión en la relación. El enamoramiento provoca que se produzca una mayor afinidad sexual. Muchas mujeres declaran tener mejor sexo cuando sienten un vinculo emocional fuerte hacia otra persona, que en la mayoría de los caso suele ser su ser amado, es decir disfrutan más del sexo cuando están enamoradas y dicho sea de paso, desean tener más sexo pues este es considerado de mayor calidad.

Pero como tantas cosas buenas de la vida, el enamoramiento es una etapa considerablemente breve en la historia de una pareja, las sustancias que segregamos al enamorarnos poco a poco vuelven a su estado inicial (en parte porque el cuerpo se habitúa a los cambios, en parte porque el proceso de enamoramiento conlleva un gasto de energía que el cuerpo no está dispuesto a mantener más allá de lo necesario), se produce un estado de homeostasis, del griego homo (ὅμος) que significa "similar" y estasis (στάσις) "posición", "estabilidad", es la característica mediante la cual se regula el ambiente interno (metabolismo), para mantener una condición estable y constante (para más información consultar Wikipedia).

Esta homeostasis, puede provocar lo que yo denomino “La falacia del sin sexo no hay amor”. Me explicaré. Cuando pasa el tiempo los niveles de testosterona vuelven a un estado inicial en las parejas, al hombre le aumenta el deseo sexual y a la mujer le disminuye, en tanto en cuanto antes estos valores estaban trastocados, como hemos explicado antes. Si el amado era un ser muy sexual antes de conocerla y ella era una persona donde el sexo no jugaba una variable importante, se puede producir un problema temporal sexual, el quiere constantemente y ella ya no. Y lo que comienza provocando que una pequeña bola de nieve se pueda convertir en un alud, son los posibles pensamientos circulares de ella. Nuestra amada puede preguntarse a sí misma porque ya no nos desea tan fervientemente, y se plantea la posibilidad de que quizás ya no esté tan enamorada (“falacia del sin sexo no hay amor”) lo que la inquieta y al acercarse el amado con ganas de retozar amorosamente, ella se sienta bloqueada, confusa y con sus pensamientos circulares rondándole la cabeza, lo que le provoca mayor tensión y una evitación de esta sensación desagradable, a su vez el amado se siente rechazado y frustrado, pudiendo agudizar el estado de ella, presionándola, no entendiéndola y en definitiva tensando la cuerda aun más, lo que conlleva a que la palabra sexo se vuelva desagradable para ambos.

En definitiva, ella cree que ya no está enamorada porque el deseo sexual ha disminuido, el se siente frustrado porque ella ya no le desea y además tiene la necesidad fisiológica casi constante de mantener sexo, provocando en definitiva un conflicto sexual en la pareja debido a esta discontinuidad temporal sexual.

Las relaciones amorosas han de ir más allá del enamoramiento, esta es solo una etapa más en la vida de una pareja, es normal que se produzcan cambios en nuestro deseo sexual, debemos entenderlos para no provocar pensamientos erróneos y circulares, la pasión es un ser juguetón que aparece y desaparece, que necesita mimos, cuidados y carantoñas, no es una constante en la vida de pareja y que si desciende no es porque el amor haya expirado sino porque quizás se ha entrado en otra etapa, más profunda aunque menos pasional. Las plantas sobreviven si son regadas, la pasión también necesita regarse y no con pensamientos circulares tan peligrosos como venenosos. Y cuando tenemos problemas sexuales, necesitamos la comprensión del amado, no que nos presionen, que nos chantajeen emocionalmente, pues esta postura agudiza aun más el problema, pudiendo pasar de una situación soluble a una insoluble y mortal. Debemos entender que la pasión fluctúa, que este proceso de fluctuación es algo normal y que no conlleva necesariamente al fin de una relación.

Para terminar otros datos curiosos de cómo afecta el sexo a ambos lados de la cama.

El alcohol aumenta el deseo sexual en la mujer y disminuye en el hombre, incluso el hombre puede perder el control de su miembro viril, es decir, puede costarle tener una erección. Un pensamiento catastrofista podría ser “no somos compatibles ni cuando bebemos juntos”.

Por otro lado, después de mantener sexo con nuestra pareja, la testosterona afecta en el hombre dándole la sensación de sueño y la oxcitosina (del griego ὀξύς oxys "rápido" y τόκος tokos "nacimiento") es una hormona relacionada con los patrones sexuales y con la conducta maternal y paternal que actúa también como neurotransmisor en el cerebro. También llamada La hormona de los mimosos) en ella, le provoca las ganas de mantener un vínculo amoroso con el amado, lo que conlleva a mayores ganas de hablar. Así pues mientras él piensa en dormir ella piensa en mantener un vínculo amoroso. Las cosas del amor y del sexo.

Hay que dejar claro, que siempre que se habla de estos temas, se hace desde la perspectiva de lo general, de lo que le ocurre a la mayoría de las parejas, pero no a todas, esto no son matemáticas puras, no siempre uno + uno suma dos, cada relación varia en ciertos aspectos en lo que se considera una relación media o típica. Pero en todo caso seguramente a más de una pareja le resulte familiar lo comentado en este articulo. Espero que les haya servido para entender un poco mejor, en la manera de lo posible, como funcionamos hombres y mujeres en las relaciones de pareja. Ánimo y a seguir entendiéndonos, que remedio.

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.