miércoles, 17 de diciembre de 2008

Tomando unos tragos con ella.

Me senté en la barra de mi bar preferido. Es mi preferido porque nos suele haber mucha gente alrededor, por lo menos entre semana, es un lugar oscuro, a uno no le gusta que le vean en sus horas bajas, no entro a este lugar a conocer gente si no ha olvidarme de quien soy, de quién fui, de qué tuve y qué perdí.


El camarero me conoce, solo he de sentarme en la silla alta pegada a la barra y él me pone mi vodka con unos hielos pequeños, que hacen ese ruidito al chocar con el vaso que tanto me relaja, "el sonido de la victoria" suelo pensar mientras muevo mi vaso haciendo sonar los hielos.




El lugar esta casi desierto, solo una pareja de novios estraviada anda dándose carantoñas en el rincón oscuro del bar y un hombre gordo con barba conversa alegremente con otro hombre con chaqueta, no hay nadie más a parte del camarero por supuesto.




Otra persona decide entrar también a aquel lúgubre lugar, se sienta al lado mio, el camarero le pone lo mismo que a mi, se acomoda extrañamente con la misma postura que yo, parecemos un espejo y su reflejo, él mira todo el rato su copa y mueve el vaso como me gusta hacerlo a mi, esta situación se convierte en algo desconcertante, de repente gira su cabeza me mira y me dice:




"¿Te gusta la vida que llevas?".




De mis labios no podía salir ninguna frase coherente, no sabia que decir, no era el momento de ponerse filosófico pensé y seguí bebiendo como si no lo hubiera oído.




"Te gusta la vida que llevas?"


Me insiste. No deja de mimarme fijamente, sus ojos parecen incluso poder leer mi mente, me quedo perplejo y algo asustado, pero se que si hablo mis palabras sonaran tan bordes y sucias como mi alma se encuentra, prefiero seguir en silencio.




"Quizás estés a punto de morir, ¿no te importa?".


Sigue intentando intercambiar palabras conmigo. Esa frase si que me toca y hace que un escalofrío recorra mi piel, desde la coronilla hasta la planta de mi pies.




"¿Quién eres tu?", me atrevo a preguntarle.




Esa pregunta necesitaría horas y horas para poder ser respondida de manera satisfactoria aunque te lo puedo resumir en una pequeña pero contundente frase:




"Soy la muerte"




Mientras sus labios terminan de pronunciar la palabra muerte, este personaje extraño acerca el vaso lentamente hasta su boca y le da un gran trago a la copa de vodka con los hielos pequeños. Me puedo ver reflejado en él, es como si fuese yo pero con la cara difuminada, incorrecta, imposible de adivinar como son sus rasgos, solo sus ojos penetrantes son lo suficientemente nítidos como para dejarme helado, petrificado en la silla alta del local.




"Debo ir ya muy borracho" pensé, mientras le daba otro sorbo a mi copa.


Si en verdad es la muerte, ¿qué hace aquí?, la respuesta es bastante obvia, viene a verme como mínimo.


En ese momento pensé que pregunta querría hacerle todo el mundo a la muerte si la tuviera delante como yo, era una oportunidad única, no podía desperdiciarla, así que giré mi cabeza, le miré a esos profundos ojos y le pregunté:




"¿Qué es la muerte?".




Él sonrió, quedó unos segundos callado y al fin escupió una frase en forma de pregunta:




" ¿Recuerdas lo qué hiciste antes de nacer?.




" Desgraciadamente no, no lo recuerdo."




"Pues querido amigo eso es la muerte, cuídate, solo he venido a saludarte, ah por cierto deja de beber tanto o la bebida te matará." En ese instante se levantó de la silla dando el último trago a su copa y se marchó.




Es eso, me quedé pensando, solo eso, la perdida de conciencia, eso es la muerte, no hay nada más, uno deja de ser consciente de que está vivo y es cuando muere, no hay nada más. Antes de nacer no era consciente de donde estaba así que que más da donde me hallara y moriré porque volveré a dejar de ser consciente y dará igual a donde me dirija.


En ese momento de mis reflexiones profundas alguien se acordó de mi, me llamó y me pregunto donde estaba y qué hacia, yo solo pude responderle "aquí en el bar tomando unos tragos con ella".






domingo, 7 de diciembre de 2008

Top ten musical.

Vengo de nuevo a poner un mes más mi top ten musical, pese a las criticas a mis gustos musicales, que han sido varias, variadas y aceptadas. Una vez más las canciones mas significativas de mi mes:
1. Morena de Kafu banton feat Almirante, reggae







2. No deberías de El Roockie, reggae






3. Qué pasará de Panteón Rococo, reggae




4. Bombo clap (versión reggae) de Kase O, reggae.







5. Magic city de Buju Banton, reggae






6. yo palè we, palé kwe de Yaniss Odua, reggae







7. Let me know de collie budz, reggae







8. Tratando de cambiar de Los Nadie con Goy de Karamelo Santo, reggae





9. Me equivocaría otra vez de Fito y Los Fitipaldis, rock






10. No, no, no de Damian Marley feat Eve, reggae


miércoles, 3 de diciembre de 2008

Mis datos



La historia que voy a narrar a continuación pudo haber sucedido o quizás es pura invención, antes de que la juzguen recuerden, que las situaciones y hechos que parecen más lógicos resultan ser cuanto menos falsos o engañosos y sin embargo los hechos inverosímiles acaban siendo los más certeros y más cercanos a la realizad, la siguiente historia que voy a contarles puede tener un poco de ambas, juzguen ustedes mismos.

Hay muchas veces que ya no se qué cenar, me apetece algo distinto, algo que no coma todos los días, por eso de vez en cuando decido bajar a la calle en busca de un kebab a la Tienda del Kebab.
Entro en la tienda, suele haber poca gente entre semana y me atienden rápido, les pido mi Kebab y espero a que me lo cocinen, en ese instante en el que me siento aguardando la llegada de mi cena, dos hombres vestidos de calle se aproximan a mí, uno de ellos saca de su bolsillo una placa, me la enseña y me dice:

“Buenas noches, soy agente de policía, ¿me puede enseñar su documentación por favor?”.

Me quedo sorprendido, por unos segundos no reacciono y el policía secreta al ver mi estado catatónico me dice:

“No se preocupe, es una inspección de rutina, estamos buscando a un sospechoso y por ello le pedimos la documentación, si es tan amable de enseñármela”

Vamos que este hombre sospecha que soy el maleante al que andan buscando, rebusco en mi bolsillo mi dni, y se lo muestro, el policía lo coge lee los datos y le dice a su compañero que aguardaba más atrás:

“¿Tienes la libreta que anote sus datos?
“Me la he dejado en el coche, tengo un bolígrafo”, contesta su compañero.

En ese instante el policía coge una servilleta del servilletero, y anota mis datos en ella:

“Lo anoto aquí mismo”.

Una vez anotados mis datos en la servilleta, el policía me devuelve mi carné de identidad y me dice que espere un momento que tiene que verificar, ambos se retiran hacia la entrada de la tienda, se ponen en contacto con la central y el secreta que anotó mis datos, se los indica a la central y esta le devuelve una respuesta que apenas alcanzo a escuchar, oigo algo así: “luz verde”, es decir que se han confundido de persona, vamos que soy inocente, no tengo antecedentes y por supuesto no soy ningún maleante peligroso, en ese momento empiezo a preguntarme si eso es legal, entrar a una tienda pedir una documentación, anotarla en una servilleta y hacerme esperar, no lo entiendo, ojala supiera algo de abogacía, miro al tendero con una mirada cómplice como pidiéndole ayuda pero el parece casi tan sorprendido como yo, no entendemos nada.
¿Y por qué anota mis datos en una servilleta?, supongo que para quedársela por si tiene que utilizar esa información más adelante.

El policía se acerca a mí y al estilo de policía modélico se disculpa y se marchan, esa disculpa suena a escuela de policía, a adoctrinamiento de cómo ser un buen madero más que a una disculpa sincera y eso me molesta, incluso más que qué me haya pedido mi documentación y la haya anotado en una servilleta.

Me quedo sentado en la silla de aquella tienda con cara de estúpido preguntándome a mi mismo que ha pasado.

Ambos policías se marchan tranquilamente, el secreta arruga la servilleta hasta hacerla una bola y la tira al suelo, ya no necesitaba mis datos porque ya no era peligroso.
En ese momento un muchacho pasea a su perro, un perro joven, que lo olfatea todo, que juega con todo lo que se encuentra a su paso, todo lo chupa y todo lo muerde, este perro ya le dio un susto a su dueño por comerse las guarrerias que se encuentra por el suelo y se puso enfermo con una gastroenteritis grave por ello el muchacho está atento a todo lo que olisquea su mascota.

Al pasar por la servilleta, al perro le llama la atención y la recoge con su boca, el dueño alerta, rápidamente se acerca al hocico del can y antes de que este la chupe, la muerda o se la trague, se la retira y le reprende diciéndole cosas del tipo: “perro malo, eso no se come, dame lo que has cogido”.

El chico tiene la servilleta convertida en bola en su mano, decide tirar el chicle que estaba masticando dentro de la servilleta, sobre todo porque no quería tirarlo al suelo para que el perro no se lo comiera o cualquier otro perro que fuera como el suyo, por ello decide abrir la servilleta, coge su goma de mascar y antes de depositarla lee mi nombre y mi primer apellido apuntados allí, se extraña, le suena:

“Alejandro López, no puede ser…. ¿qué hace el nombre de este apuntado en una servilleta?”.

Parece que me confunde con algún amigo suyo, por ello guarda la servilleta en su bolsillo y continua paseando al perro, cruza una calle y llega hasta un parque donde hay unos jóvenes bebiendo litros de cerveza, el muchacho y su perro llegan hasta ellos y decide preguntar por Alejandro, parece que no está pero si se encuentra allí la novia de Alex, se acerca a esta y le enseña la servilleta:

“¿Este no será Alejandro verdad? Le pregunta el chico.

Ella se queda extrañada y duda:

“Se que es Alejandro López pero de lo que no estoy segura es del segundo apellido, en todo caso ¿qué hace el nombre de mi novio apuntado en una servilleta?”

En ese momento un mensaje llega al móvil de la chica, es su novio que está en una cafetería cercana a aquel parque, ella guarda la servilleta en su bolsillo, se despide de los chicos que bebían cerveza y también se despide del muchacho y de su perro.
Sabe que lo primero que hará cuando vea a su novio será mostrarle la servilleta, incluso antes que darle un beso, necesita resolver ese misterio. Se aleja del parque, cruza una calle y llega hasta la cafetería donde se encuentra su novio con unos amigos, al llegar ella busca una silla libre, pide permiso a una pareja sentada al lado para coger la silla vacía que ellos poseen, la pareja le da el permiso, coge la silla y se sienta al lado de su novio, saca de su bolsillo la servilleta arrugada y se la muestra:

“¿Estos son tus datos?, ¿Qué hacen en una servilleta?”

El chico lee los datos, Alejandro López, de momento todo concuerda y empieza a extrañarse pero se relaja cuando lee el segundo apellido y el DNI ya que ambos datos no son los correctos:

“Yo no soy Noguera de segundo apellido, mi segundo apellido es León y el DNI es otro, asique no soy yo”

El muchacho se enfada de broma con su novia y le recrimina por no saberse los apellidos de él ya que llevan el tiempo suficiente como para que ella se los hubiera aprendido, ambos se ríen, la servilleta vuelve a su estado de bola arrugada y a modo Trainspotting, el chico lanza la servilleta hacia atrás sin mirar, con tan mala suerte que cae en la mesa de una pareja.

La bola cae cerca de la chica, en ese instante le viene viejos recuerdos de la época del instituto que para mandarse mensajes, solían escribirlos en una servilleta u hoja de papel hacerlos una bola y tirarlos a la persona a la que iban dirigidos, por ello en un impulso proveniente del pasado la chica coge la servilleta y la abre, lee los datos y queda sorprendida, mira a alrededor una y otra vez, no ve ninguna cara conocida, y murmura “no puede ser”, su acompañante al verla alterada le pregunta lo que ponía en esa servilleta, ella algo colorada le responde:

“Son los datos de mi ex novio”.

Ambos estiran sus cuellos para saber de dónde provenía ese proyectil con datos.

Yo mientras tanto ajeno a todo, terminaba de comerme mi kebab, siempre acabo pidiendo ración de patatas, conforme entro en la Tienda , me voy preguntando a mí mismo “pido patatas o no, ¿las pido?, si, no , si, no…” , al final acabo pidiéndolas y la mayoría se quedan luego allí sin ser engullidas, no sé porque pido tanta comida.

Salgo de allí aun desconcertado, con la cabeza gacha, despacio, recordando y preguntándome por qué ese tío me pidió los datos, ¿me parecería al sospechoso que andaban buscando?, sigo caminando yo y mis cavilaciones peligrosas, voy a cruzar la calle para llegar a un parque y por ser un idiota preocupado, no miro a mi izquierda y en ese momento un coche se acerca hasta mi, choca conmigo y en ese instante noto la fría acera en mi cuerpo, me acaba de atropellar un coche, siento mucho dolor en mi pierna, mucho, casi puedo soltar una lagrima, como duele que te atropellen. El ruido de un atropello provoca siempre un cierto morbo por el cual la gente siente el impulso de acercarse a ver que ha pasado, desde el suelo veo como un grupo de jóvenes que bebían cerveza en el parque se acercan hasta aquí. Les acompaña un muchacho con su perro alocado, muy poco después se acerca una pareja, de la cual la chica no se sabía bien los apellidos de su novio, que saluda a los chicos y al muchacho del perro y noto como todos me miran, del coche que me atropelló sale una pareja, el chico que conducía resultó ser el nuevo amigo de mi ex novia y como no podía ser de otra manera la copiloto que me acaba de co-atropellar es mi ex, que humillante que te atropelle tu ex con su nuevo amiguito. Allí estaba yo en el suelo con toda aquella gente mirándome, de repente aparecen dos personas vestidas de calle que merodeaban por allí y dicen ser agentes de policía, que ellos controlan la situación, al ver que en verdad el accidente no ha sido muy grave, supongo que una torcedura o contusión, pero como duele, mi ex decide acercarse hasta mi, se agacha y me da la servilleta arrugada, la cojo, la abro y veo mis datos en ella, que hace mi ex con mis datos, en ese momento recuerdo como el policía apuntaba mi nombre en la servilleta, ¿cómo puede ser que mi ex tenga esa servilleta y me la esté dando en este momento?.
Una mano toca mi hombro, es uno de los dos hombres que dicen ser policías, le miro y me dice:

“Perdona ¿puedes darme tus datos para registrar lo sucedido?

Observo al policía secreta y le sonrió con cierta ironía y con mucho dolor por cierto, estiro mi mano y le doy la servilleta, el madero extrañado mira la servilleta, la abre y ve mis datos y recuerda quien soy.

En el momento en el que el secreta recoge de nuevo la servilleta con mis datos se cierra el círculo.

Me viene pensamientos de frases del tipo, el mundo es muy pequeño, el mundo es un pañuelo o en este caso el mundo es una servilleta con mis datos dentro.

Si me preguntáis por mi pierna, ahora me encuentro perfectamente pero si me preguntáis por la servilleta, le perdí la pista en el momento en el que se la entregué al policía, a saber si anda todavía por ahí danzando entre bolsillos y esperando a encontrarme en cualquier otra situación embarazosa para volver a mí. El mundo es una servilleta.

lunes, 17 de noviembre de 2008

En la papelera.



No lo encuentro, no se donde puede estar. Si no hace mucho estuve jugando con él, lo tenia en mis manos y como todo lo que se tiene, a penas lo valoraba, sabía que me pertenecía, que era parte de mí y no podía valorar la falta que me haría si lo perdía, pues ahora no lo encuentro y lo echo tantísimo de menos...


Con él salía con toda la fuerza del mundo a comerme la ciudad, no importaba nada porque lo tenia siempre cerca, lo notaba, los demás también sentían que había algo en mí que me daba el poder suficiente como para mirar al resto del mundo sonreirle y que el mundo me devolviera esa sonrisa con igual fuerza, lo tenía , ¿para que iba a hacer una copia en mi memoria?, si lo hallaba disponible siempre.


En realidad sí lo sigo teniendo pero lo que no encuentro son las instrucciones de uso que están en un idioma ininteligible, son como códigos de barras de linea de distinto grosor que a la vista humana no significan nada pero que descifran el código de como se utiliza aquello a lo que ahora tanto añoro.


Ha sido como que mi memoria reseteó las más que aprendidas instrucciones de como funcionaba ese instrumento, ¿para qué lo quería si ya lo tenia todo?, pensaba que no iba tener que volver a utilizarlo, lo desprecié y lo deje apartado, pero un día también me despreciaron a mí como yo al susodicho aparato y es ahora cuando lo necesito, quiero que me devuelva el poder que me otorgaba su uso en mis manos.


Ahí está como un juguete roto que no sirve para nada delante mía, inservible porque no me acuerdo como ponerlo de nuevo en marcha, inservible él, roto yo en su defecto.


Recuerdo saber reiniciarlo y ponerlo en marcha, algunas veces arranca y el mundo vuelve a girar en la dirección adecuada, suena esa música que tanto me gusta y el Tiovivo se pone en funcionamiento, haciéndome sonreir, provocándome una sonrisa que mando fuera hacia los demás y que ellos me la devuelven, "todo marcha", pienso en ese momento, "todo marcha" piensa la persona que tengo cerca, me sigue sonriendo, mis frases son las adecuadas, sus frases también, pero de repente la maquina empieza a pararse, se desajusta y la música deja de sonar, ante mi preocupación me pongo nervioso, la persona que tengo cerca lo nota, se incomoda, me incomodo y se despide de mi, ¿por qué no funciona bien esta maldita máquina?, ¿en qué momento dejé de saber utilizarla?


Antes la usaba automáticamente, sabia manejarla sin pensar en los botones, sabia que tecla debía de pulsar para que la música siguiera sonando, para que el Tiovivo siguiera dando vueltas, para que quien me acompañaba siguiera sonriendo, pulsaba el botón exacto que me proporcionaba alegría.


Recuerdo ahora tirar las instrucciones a la basura cuando la encontré a ella, al principio no, seguían en mis manos y de vez en cuando usaba la maquinita solo para ver que aún la manejaba correctamente y que no se oxidaba, poco a poco con el paso del tiempo, deje de usarla definitivamente y recuerdo abrir la papelera, mirar las instrucciones y decirme a mi mismo: "seguro que ya no la voy a volver a usar más, ADIÓS", acto seguido tirar las instrucciones y cerrar el cubo de la basura.


En este momento estoy aquí rebuscando entre la basura lo que creía que era basura, ensuciándome las manos en busca de mi yo antiguo.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Top ten musical (de 12 octubre a 12 noviembre)


Cada mes voy a poner las diez canciones que han marcado mi mes, canciones que no he parado de escuchar por el motivo que sea, canciones recién encontradas, viejos temas que me he vuelto a poner, canciones que me hallan marcado por algún motivo en el mes respectivo.
Por este mes las canciones más escuchadas han sido las siguientes:

1. Lamento de El Roockie, salsa.








2. La distancia de Panteón Rococo, reggae ska.







3. Nací muerto de Kase O, hip-hop.








4.Bad Bwoys (dubplate) de Morodo, reggae dance hall.









5.Así soy yo de Cuarteto de nos, rock







6. Til it´s gone de Flexx from TOK. reggae dance hall.








7. Je pense à tes yeux de Huecco, rock








8.No piensa en ti de Inspector, reggae ska







9. Me siento mejor así de Siete Remedios, reggae.






10.Need to tell you this de ziggi, reggae.


miércoles, 12 de noviembre de 2008

Como odio que me odies.


Da igual lo que haga que te parecerá mal, lo que diga,da igual como lo diga, como si te lo dijera de la manera mas cariñosa del mundo, da igual, tu reacción va a ser la misma, el mayor desprecio jamás hallado. Supongo que te arrepientes de haberme encontrado por ahí en una esquina aquella noche en la que nos conocimos, no lo supongo, ahora puedo afirmarlo, me desprecias, da igual que haya sido culpable o inocente de tus males, me desprecias.

Yo debería hacer lo mismo, el desprecio con desprecio hay que pagarlo, pero no me sale, no puedo, es muy vago mi entrecejo para poner cara de odio, más bien se me dibuja una cara de tristeza cuando tu me rechazas con tus maneras tan poco amables, te alejas con esa cara de odio, como si me culparas de toda la maldad que hay en el mundo.

Quizás he sido el peor mal al que te has enfrentado y eso que yo solo te regalaba todo lo que dentro de mi tenía y lo poco que había en mi bolsillo, nunca te traté mal, nunca.

Pero supongo que no es suficiente y que en tu memoria solo hay sitio para lo que soy y no para lo que fui, ¿para qué vas a estar gastando espacio en tu memoria con lo caro que están hoy día los giga bits?

Pero quiero , en mi defensa, decir que no soy ningún monstruo para que me digas: " Que te vaya bien", con esas pocas ganas de que me vaya bien de verdad, con esa indiferencia aliñada con odio, no soy tan malo como para merecer un baño de escupitajos por tu parte, tal vez pensaste en un principio que era demasiado bueno y eso tampoco. No puedes verme como soy y eso si que es una pena.


sábado, 8 de noviembre de 2008

Solo tenía un hígado


Se levantó una noche más, con la misma cara de todos los días, ojeras profundas, lengua blanca y ojos vidriosos que desvelaban lo último que hizo antes de acostarse, lo ultimo que hacía siempre antes de acostarse, beber.


Era un ser nocturno, odiaba el sol, el día solo le servía para reposar la resaca, para comer y volver a dormir a la espera de que llegara una noche más, una nueva noche en la que perderse en los bares, cantinas y más lugares donde le sirvieran ese liquido elemento que calmara sus heridas internas, heridas que en vez de curarse se hacían más hondas a cada trago que daba, pero eso a él ya le daba igual, estaba perdido.


A simple vista no parecía un tipo perdedor, tenia encanto, muchas mujeres lo encontraban interesante, nunca bebía solo, siempre le acompañaban amigos o alguna chica incauta que no sabia donde se adentraba, en que mundo de tristeza estaba a punto de cruzar, él sonreía, las cautivaba por una noche, luego desaparecía por temor a enamorarse, ya que le habían roto el corazón demasiadas veces, quizás no tantas pero a él la derrota le hundía más que a muchos otros hombres de su edad.


Cuando oscurecía su rostro cambiaba, de hombre con una enorme resaca pasaba a ser un hombre con una enorme esperanza de que la noche le reportaría algo beneficioso esta vez, siempre se equivocaba pero nunca perdía la esperanza.


Se duchaba, se vestía y salia a comerse la noche, mejor dicho a bebérsela hasta que sus ojos vidriosos se lo permitiesen.


Una de las características de este ser humano era que por más que bebiera siempre guardaba la compostura, nunca parecía demasiado borracho y podía mantener sin dificultad conversaciones entretenidas e interesantes con las personas que se cruzaban con él, cruzaba miradas con todo el mundo como esperando una respuesta, alguna chica se acercaba y comenzaban una conversación que muchas veces terminaba en besos y pasión nocturna.


En medio de su borrachera siempre había un momento, que apoyado en la barra del bar que le resguardaba de sí mismo, miraba a la gente que bailaba, bebía, reía, miraba a sus amigos, a las chicas, al camarero, a su copa y sentía una gran felicidad, se encontraba realmente donde quería estar, un cigarrito asomaba por su boca y le daba una calada de satisfacción, se sentía bien, dentro de su tortura vital. Él era eso exactamente, era ese ser de aquella barra, ese ser que conversaba entretenídamente, que se hacia el interesante, que enamoraba por sus ojos penetrantes, él era eso y no en lo que se convertía al llegar la mañana.


Al llegar la mañana, su cabeza parecía estallarle, se agarraba a los riñones porque estos parecían darle patadas por su mal comportamiento nocturno, se miraba al espejo y se decía no volveré a beber tanto esta noche o aun iba más allá, "ya no volveré a beber nunca más", después de la siesta siempre se le olvidaba esta promesa. Su salud empezaba a deteriorarse y su preocupación crecía pero no hacia nada por remediarlo, se encontraba cada día peor.


Una de las mañanas se levanto escupiendo sangre, con los ojos más vidriosos que nunca, estaba derretido por dentro, apenas si podía mover su pesado cuerpo, su decrépita cabeza, no podía más, se acercó a la recámara, al abrirla se dio cuenta que estaba vacía, que no había nada, ni un pulmón nuevo, ningún corazón de reserva, ni unos riñones, en ese momento se dio cuenta que solo tenia un hígado.


Este apuesto pero desgastado hombre murió ayer. Que descanse en paz.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Lamento


Para poner fin (no se en verdad hasta cuando) a mi sección de delirios sobre el amor, he de escribir la letra de un canción que ha marcado mis finales amorosos, con la que he llorado por las calles, montado en el autobús, en las esquinas de mi habitación, en lo más hondo de mi interior, esa canción que ha marcado un antes y un después, que me ha ayudado a curar heridas, a secar mis ojos de lágrimas, a recordarla a ella tanto como a empezar a olvidarla, a esa canción le dedico este artículo.

La canción es de EL ROOCKIE artista panameño que aparte de hacer música reggae tiene otros registros como esta maravillosa canción con un toque de salsa y mucho sentimiento, a él le doy las gracias por crear estas maravillosas canciones y a su canción por llenarme de verdad.

La canción se llama LAMENTO y la letra es la siguiente:


Lamento haber sido arrojado al olvido así, por ti.

y sé que pensastes que yo no iba a sobrevivir, sin ti.

Pero este mundo y sus vueltas dan la oportunidad,

de verte volver, pidiéndome que me deje amar.

A ti se te olvido que ayer, rompiste mi corazón.

déjame mirate bien, para decirte adiós...

A ti se te olvido que ayer, rompiste mi corazón.

déjame mirate bien, para decirte adiós,mi amor, mi amor...

Y hoy regresas a mi, sumisa arrepentida y más sensual,

como fuiste capaz,no vuelves a engañarme mas ese disfraz no servirá.

Eres la misma bandolera que me enseño amarle tanto para el final dejarme atrás.

A ti se te olvido que ayer, rompiste mi corazón

déjame mirarte bien, para decirte adiós,mi amor..

A ti se te olvido que ayer, rompiste mi corazón,

déjame mirarte bien, para decirte adiós....

Se te olvido que fuiste dueña entera de mi corazón

se te olvido y te aprovechaste de que alguien te quisiera con tanto amor.

Se te olvido que fuiste dueña entera de mi corazón

se te olvido y hoy regresas aquí implorando mi perdón

Se te olvido que fuiste dueña entera de mi corazón

se te olvido yo te perdono pero ya no hay sentimiento, ni mas amor

se te olvido,

adiós mi amor

se te olvido..

que lástima.

Lamento haber sido arrojado al olvido así, por ti,

ya se que pensaste que yo no iba a sobrevivir sin ti, sin ti.


viernes, 31 de octubre de 2008

Maldito amor.


Renuncio, cojo las maletas y me alejo de quien fui, de todo lo que escribí, de todo lo que viví, me alejo aunque me persiga incansable, aun más cercano que mi sombra, aun más poderoso que mi mente, no puedo controlarlo, me araña, me seduce, me atrapa, me quema, me hipnotiza, me duele, me cansa, me agota, me suplica, me reduce a la mita de mi ser, me hace dependiente, me estrangula con su mirada, me patea como un balón desinflado, me usa para el sexo,me abandona cuando más le quiero, me desplaza, me hace crear y cantar canciones estúpidas, me congela, me hace beber en la cantina mientras sospecho mi tragedia, me dice que no me pertenece, me hace escribir y entristecer mi blog.

Observa, mira hay fuera el resto de blogs, ¿de que hablan la mayoría, de alegrías?, no, de penas y ¿de qué tipo de penas?, de penas por amor, no pierdas más el tiempo en dedicarle tus palabras a ese maldito, no tiene sentido, si hablas de él te conviertes en parte de él y también estarás maldito cuando pase un tiempo y te haya atrapado definitivamente, sal ahora si puedes y deja de mencionarle en tu blog, gastamos tanto tiempo inútil, alabando a ese que dice ser el bien y no hace más que dañarnos, maldigo al amor, si, !!!!que me escuche bien fuerte!!!!, lo maldigo, no tengo miedo a represalias, lo maldigo por lo injusto que es, por lo que me agota, por lo que me indigna, por las frases que tengo que escuchar que van en su nombre, por lo poderoso que se cree, por lo que me seduce, por lo que me engaña, por lo que me reduce a la nada....


Dejo de alabarte para maldecirte, para reprocharte lo que haces con las personas, porque las transformas en muñecos atontados, que se creen que todo lo pueden con amor, por esos besos que se convierten en falsos cuando pasa el tiempo, te maldigo por lo que eres y por en lo que me has convertido.

No pienso volver a escribir en tu nombre, no pienso recordarte, no creas que me as vencido, en verdad en este momento te estoy venciendo yo..... aunque te muestres impasible sabiendo que un día me arrodillaré ante tus pies, recuerda: eso nunca ocurrirá, ya no.

jueves, 30 de octubre de 2008

Etapa oral.


Siendo pequeño le retiraron muy pronto el chupete y por ello decidió usar su dedo pulgar para poder chupar algo mientras dormía, chuparse el dedo le transportaba a un estado de tranquilidad, sosiego, relajación y sueño que le conducía rápidamente a los brazos de Morfeo y siempre acompañado de su vieja almohada suave a la que acariciaba con su otra mano, moviendo su dedo índice y pulgar en círculos con un trozo de la tela en medio de los dedos.

Esto le duró hasta los doce años de edad, cuando se vio obligado a dejar de chupar su dedo por cuestiones adolescentes, entonces decidió meterse otras cosas en la boca que le reportaran ese placer y tranquilidad que le daba chuparse el dedo, fue ahí cuando empezó a fumar, sustituyo su pulgar por ese objeto humeante que se introduce en la boca, se aspira y como resultado devuelves al aire un humo blanquecino repleto de partículas tóxicas, el dedo era más sano pero menos estético y la estética ganas muchas veces sobre la salud.

No solo empezó a fumar, poco después entendió que por su boca podrían meterse otras cosas que le reportaran placer así que también se introducía vasos de alcohol que le producían placer a corto plazo , se convertían en su refuerzo positivo. A la edad de dieciocho años ya era todo un experto bebedor, había aborrecido unos licores pero otros le encantaban, no era oficiálmente alcohólico pero si un gran bebedor.

También introducía dentro de su boca grandes cantidades de comida, el placer de comer le reportaba enorme felicidad, no tenía problemas de engordar, sus genes se portaban bien con él y le permitían comer grandes cantidades de alimentos sin que ello hiciera resentir su silueta, era un chico delgado, en épocas incluso delgado en extremo.

A los veinti pocos las grandes cantidades de comida que ingería le pegaron un susto ya que empezó a engordar de sobremanera, sus genes parecían no poder ganar la batalla a tanta comida, por ello tuvo que recortar esas cantidades de alimento hasta quedarse en un estado normal, la comida era otro de sus agentes preferidos que le reportaban placer a corto plazo pero que se volvían en su contra, pasado un tiempo.

Un poco antes de los veinte años empezó a comprobar que también había otra cosa que le producía mucho placer y por la cual acabaría entregando parte de su vida a esa causa, aquello que le reportaba tanto placer era besar.

Los besos se convirtieron en su obsesión, no había nada que le gustara más que besar, en algunas ocasiones incluso pensaba que besar le reportaba más placer que el sexo, para él el sexo era secundario pero besar no, nunca.

En un principio se quedaba sorprendido por un comentario que les solían hacer las chicas que con él estaban, pero a la cuarta vez que oyó ese mismo comentario o similar dejó de sorprenderle y empezó a verlo como algo cotidiano. Las chicas a las que besaba, solían hacerle la misma pregunta:


"¿Siempre has sido tan cariñoso y besucón con las otras chicas con las que estuviste?"


En los primeros momentos cuando oía esa pregunta él se preguntaba a si mismo si es que su comportamiento no era el normal, ¿los otros chicos no las besaban tanto, no se mostraban tan cariñosos?, ¿cómo puede ser posible, si besar a alguien a quien quieres es de las mejores experiencias?, no lo entendía, poco después como ya dije se acostumbró a ser distinto en ese aspecto al resto de personas y empezó a ver normal que las chicas le preguntaran cosas de ese estilo, siempre en positivo, al menos en un principio a las chicas les gustaba ese cariño que les entregaba, como digo al menos en un principio.

A la pregunta de sí con las demás era tan besucón, él solía responder siempre de la misma manera:


"Soy tan cariñoso y besucón con alguien, solo si me inspira ese sentimiento y esas ganas de besar."


En gran medida esto era cierto, no besaba a todas por igual, habían chicas a las que no le gustaba besar porque no sentía que recibía ningún refuerzo, hay veces que besas a alguien y no surge una chispa interna que te haga pensar que tienes que volver a repetir lo de acercarte a su boca, porque no te ha producido el placer que creías que te iba a aportar y te das cuenta que no hay química, pues a esas chicas no las besaba igual que a las chicas que si le transportaban a un estado de felicidad oral, es más, las chicas que no besaban a su gusto corrían la mala suerte de no volver a ser besadas nunca y a pasar al rincón de los olvidos. La muchacha podía ser más o menos guapa pero el requisito básico era que sus besos le reportaran felicidad.

Empezó a comprender en aquellos momento que las cosas que le producían mayor placer, tranquilidad y relajación era todo aquello que se introducía por la boca, estaba anclado en la llamada etapa oral donde el mayor placer se obtiene a través de la boca.

Nunca pudo reponerse de esta etapa, al menos se mantenía en un cierto equilibrio, porque las personas atrapadas en este estadio solían acabar siendo viciosos, ya se puede entender que los individuos en los que su mayor refuerzo proviene de la boca pudieran acabar volviendose unos alcohólicos, fumadores y obesos. En este caso concreto, a él le interesaba más besar que cualquiera de las demás cosas que pudiera introducirse por la boca para que le causaran placer.

Era un pobre diablo, pero al menos su vicio era sano.

lunes, 27 de octubre de 2008

No puede ser verdad



Anoche quedé con ella. Sí, quede con ella, tanto que me decía que no quería volver a verme y allí estaba a mi lado, sonriéndome. Hacia una noche excelente, no sentía ni frío ni calor, todo andaba en calma, me encontraba con ella en una cafetería al aire libre, un lugar elegante, sillas cómodas y no de esas de hierro que a los diez minutos de aposentarte sientes la necesidad de cambiar continuamente de postura, ¿qué pasa con esas sillas?, ¿Son para que te tomes algo rápido y te vayas para dejar el sitio a los siguientes consumidores, o qué?, bueno no quiero irme por las ramas, me centraré en lo sucedido anoche. Aquella cafetería tenía unas sombrillas color plata que nunca antes había visto en ningún otro lugar, que le daban un toque glamuroso a aquel establecimiento, en ese momento empecé a pensar que, que hacía yo en ese sitio, ah sí quedar con ella.

La tenia sentada al lado mío, siempre decíamos que las parejas que ya no estaban enamoradas se sentaban una enfrente de la otra para tener contacto visual únicamente pero que las parejas en las cuales había chispa y pasión se sentaban una al lado de la otra para tener contacto de tipo táctil y poder darse arrumacos y besos más allá del simple contacto visual, a no ser claro que tuvieran hijos, en ese caso ambos se sentaban uno al lado del otro y el resto de sillas para los peques, en nuestro caso no habían churumbeles a los que prestar atención. Ella estaba a mi lado y no enfrente, me miraba y sonreía como lo hacia antes cuando se dibujaba en su rostro esa chispa indiscutible que hacia que permaneciera atenta a mí en todo momento y yo atento a ella por supuesto, pero esa chispa iba a intervalos, aparecía y desaparecía de su rostro como si en su cabeza se librara una guerra de dos bandos opuestos.

Parecía que tenía algo que contarme, pero antes de dejarla hablar acerque mis labios a ella y le di un beso en la frente, un beso con intenciones fraternales, me encanta besar a la gente que me encanta y por ello no pude contenerme y la besé aunque fuera en la frente, ella se dejó, seguía sonriendo y al ver su reacción quise besarla pero esta vez de manera menos fraternal y bajé mis labios hacia su mejilla, un beso suave, cálido, lento, volví a respirarla, hacia tanto que no la tenía tan cerca, esa sensación de vuelta a casa después de un desastre o una tragedia, esa extraña relajación ansiosa. No pude evitarlo y la seguí besando por su cara, sus ojos, su barbilla, su boca, sus manos, ella tranquila, se dejaba hacer, sonreía a veces, otras cerraba sus ojos como rememorando momentos pasados, pero noté que su cara no era la de siempre, algo había de distinto en ella, no era amor, ni siquiera se estaba dejando llevar por recuerdos antiguos, era compasión, pura y dura compasión, en ese momento ella me frenó para decirme:


"Soy lesbiana". Siguió sonriendo para darle un cariz no tenso a la situación.


Yo quedé paralizado, también con una sonrisa para no desentonar en aquella extraña conversación, pero mucho me temo que mi sonrisa se dibujaba algo estúpida, congelada, solo podía pensar: "no puede ser, no puede ser, no puede ser verdad."


" ¿Eres lesbiana?". Acerté a decir. Recuerdo como ella se me quedaba mirando asintiendo un sí con la cabeza. Pasaron unos minutos aunque para mí se hacían eternos como largas horas, mirándonos bajo un tenso silencio angustioso y enrarecido por nuestras sonrisas, parecía como si solo fuera una anécdota macabra, la chica de mi vida era lesbiana.


Ella empezó a mirar a otras chicas que se acercaban a la cafetería donde nos hallábamos, miraba con deseo, me miraba a mí y se reía, yo no tuve más remedio que seguirle el juego:


"¿Te gusta esa chica que está ahí sentada?" le pregunte yo en un intento de normalizar lo que ella acababa de contarme.


" Esta muy bien, es guapísima ¿verdad?" Me respondió ella mientras la miraba entre disimulando y comiéndosela con la vista, no puedo dejar de recordar como miraba a esa chica y a las otras chicas que se encontraban cerca, era como abrazar ya el final por siempre, ¿cómo se va a volver a enamorar de mi si ahora es lesbiana?, ¿cómo voy a reconquistarla?, imposible, olvídate ya, que frustración.


No podía creer que pudiera estar hablando de ese tema con la que había sido mi novia un mes atrás, que solo había pasado algo más de un mes desde nuestro último chispazo sexual, ¿cómo era posible?


En ese momento casi no podía disimular mi estado de shock, seguía sonriendo pero por dentro mi cerebro gritaba llorando que aquello no podía estar pasando, una sensación de impotencia recorrió mi cuerpo en ese momento, deseé no estar allí. Me alegra que ella quisiera sincerarse pero aún no estaba preparado para oír semejante cosa, no era el momento oportuno.


Me desperté con esa sensación de impotencia.

Si, era un sueño, un macabro sueño que me creí a la perfección, soñé que mi ex quería quedar conmigo para decirme que era lesbiana cuando yo pensaba en el sueño que lo que quería era reconciliarse conmigo. Un mal sueño que me ha tenido en jaque todo el día.


Que día más raro llevo hoy, en la siesta he vuelto a tener un sueño parecido. Ahora que estaba empezando a olvidar mi pasado reciente, me vienen estos sueños, maldito organismo torturador, déjame dormir tranquilo.

jueves, 23 de octubre de 2008

Aquellos sitios en los que has estado y nunca más volverás a estar.



Un día descubrí que a veces estamos tumbados en un lugar que creemos que nos pertenece y apenas lo valoramos, pasamos sobre él como sombras creídas, repletas de nosotros mismos, sin percatarnos que de un día para otro ese lugar será inaccesible para nosotros y por ello, no podemos darnos cuenta del maravilloso encanto que puede tener ese rincón, en mi caso hablo de habitaciones.


Una vez, la última que dormí en aquella habitación que creía que en parte me pertenecía, sin ser presuntuoso creo que por entonces un trocito de ella también era mio, me di cuenta tumbado boca arriba y temiéndome venir un final de historia romántica, que ese podría ser mi último día allí acostado en esa cama que me acunaba y me puse a observar los detalles de aquella habitación, sus colores, los adornos de las paredes, la ropa sucia del suelo, los ositos de peluche tirados a un lado esperando a que yo me levantara de esa cama para que ellos pudieran volver a adornarla, las sombras que se creaban, los contrastes de luz natural con artificial, su olor, ese olor característico y especial que une a la habitación con la persona que en ella habita, los cojines de colores azules, en definitiva todo lo que en ese momento me rodeaba, de lo que estaba envuelto y creía que también me pertenecía pese que aquella habitación no era mía.

Todo lo observaba y empecé a pensar que quizás nunca más me encontraría ahí acostado, tranquilo, relajado, pensando que estaba como en casa, que jamás pisaría las baldosas de ese suelo que en ese momento me eran tan familiares, que nunca más besaría a esa chica tumbada en aquella cama, nuestra cama, todo eso me entristecía de sobremanera.

Y así ocurrió, nunca más supe de aquella habitación aunque la recuerdo con todo detalle, gracias a que me quedé observándola para inmortalizarla en mi recuerdo, ya no puedo volver a pisarla porque mi presencia allí esta vetada.


Ahora cuando duermo en cama ajena, suelo mirar alrededor, observar con detalle donde duermo por sí algún día me destierran de allí, valoro cada minuto que paso en esa habitación porque no se cuando será la última vez que la pise, siempre pienso: "¿será esta la última vez en la que yo que me encuentre en este lugar?".


¿Cuántos rincones se habrán olvidado ya de mi?, ¿Cuántos rincones me quedan por observar?, ¿Qué lugar será el definitivo del cual nunca me echaran ni del que yo querré huir?


En este momento te digo que valores aquel rincón donde te encuentras acostado con tu ser amado, por si en un futuro no pudieras regresar a él.


¿Recuerdas ahora esos lugares únicos a los que no vas a poder volver porque tu presencia allí ya no es grata o esos lugares que uno mismo abandonó por cuenta propia pero que siguen grabados en nosotros por todo aquello que vivimos en esa estancia?. Un lugar que te pertenecía pero que te borró de su lista de bienvenidos, aquellos sitios en los que has estado y nunca más volverás a estar.

martes, 21 de octubre de 2008

Cambios de estado, abstracto como la vida misma.


Muestra interés, deja de mostrarlo, se añade a mi conversación, de repente huye porque la vida no le sonríe en ese momento, se enfada consigo misma, desaparece... Vuelve con una sonrisa, quiere verme, pero no porqué está demasiado ocupada, se ríe, incluso parece reírse de mí, cambia de estado, esta no disponible, deja de sonreír, ¿si acababas de decirme que eras feliz?, ya no. No sabe que le pasa y si lo sabe no esta dispuesta a decírmelo porque entre otras cosas no es de mi incumbencia, tiene sueño, quiere irse pero me hace caso y se queda, quiere hablar, en seguida silencio...., quiere irse, "mejor hablamos en otro momento, cambios hormonales", se aleja. ¿Mañana como me saludará?, ¿soy yo el que le provoca esos cambios?, no lo sé, a penas la conozco, un sensor interno me dice que me aleje, que si es así ahora imagínate si te enamoras, puede ser una película de terror. Me sigue, sigue mis escritos, me lee, me busca, me manda un zumbido, le hago caso, cesa, "hoy no estoy de humor". Mi cabeza se empaña, soy demasiado sensible a los cambios de los demás y más si encima me importa lo suficiente como para tenerme preocupado, me pregunta, se interesa por mi, me dice: "espera", espero.... espero en balde porque ya no me contesta, se va, ya volverá y me saludará como si nada, yo como si todo, pero en silencio para que no se me note. Es abstracto pero me atrae tanto como lo repudio, me tiene en sus manos y aun no es nadie en mi vida. Vuelvo a ser yo, a ella no le gusta, se interesa por mis cambios....., "¿qué te pasa?", si aun no me lo ha dicho ya me lo dirá, no puedo estar esperando a vientos favorables, entiéndelo, se que lo entenderás un día si, un día no, debido a tus cambios de estado, debes cuidar eso o te pueden arrastrar a algún lugar peligroso....... Tu comportamiento es abstracto y solo tengo un cuerpo al que no puedo maltratar con tus cambios, con tu sonrisa, con tu mal humor, con tu cercanía lejana......

domingo, 19 de octubre de 2008

La historia de Evans


Estoy despierto pero sigo con los ojos cerrados. Centro mi atención en mi boca, !Dios!,la tengo seca, pastosa es como si hubiera estado toda la noche bebiendo vasos de ceniza, tengo que dejar de fumar tanto.... como me duele la cabeza, mi cerebro patalea como un niño maltratado dentro de mi cráneo, ¿por qué lo maltrato de esta manera?.... Me da mucho miedo abrir mis ojos... Efectivamente no se donde estoy durmiendo, miro a mi alrededor, esta habitación es nueva. Me gusta quedarme mirando estas habitaciones que visito, me quedo observando sus posters, como están colocados los objetos, sus armarios, nada me pertenece y aquí estoy durmiendo como si lo que me rodeara fuera parte de mi y no es así, esta habitación no la volveré a pisar nunca más, fotografio mentalmente sus rincones, al menos quiero un recuerdo de ella, un recuerdo de quien fui.... Me cuesta hasta moverme.... ¿pero que hice anoche?, ¿donde están mis recuerdos?...como me cuesta reorganizar pensamientos, esta vida que llevo no tiene que ser buena, no, no lo creo... Miro a mi derecha, hay una chica morena durmiendo... la recuerdo bailando, al lado de ella duerme un chico.... a mi izquierda dos chicas más, estamos todos durmiendo en esta cama enorme que parece preparada para este tipo de eventos, la que esta pegada a mi salta en mi cerebro, !!te recuerdo!!, anoche en aquella discoteca, te acercaste a proponerme algo, recuerdo mi alegría al oír su propuesta....no puede ser que apenas recuerde como llegué hasta aquí, tengo que cambiar de vida... recuerdo gemidos de la chica morena, muchos gemidos mezclados...... estamos...si estamos en este momento todos sin ropa.... como me apetece beber agua con un poco de azúcar o un zumo, si un zumo, dicen que para la resaca es buena la vitamina c..... tengo que cambiar de vida....la chica que tengo pegada a mi se mueve, parece que se ha despertado pero también sigue con los ojos cerrados, se coloca de lado hacia mi cuerpo, pone su pierna en medio de las mías y su mano apoyada en mi pecho.... definitivamente esta despierta.... comienza lentamente a bajar su mano por mi cuerpo, rebasa la zona del ombligo y sigue bajando lentamente, coloca su mano en mi y empieza a acariciarme, la miro, ella me mira y sonríe con dulzura....sigue acariciándome.... ahora mismo ya no quiero cambiar de vida.........

viernes, 17 de octubre de 2008

Hay una huella



No puede ser. ¿Por qué hay una huella en esta caja que dije que nadie más volvería a tocar?, ¿cuando me descuidé?, ¿anoche?, pero si estuve atento para que nadie tocará mi caja de los trozos por componer y de la sangre oxidada.


Esa huella me suena, es del color de la incertidumbre, del sabor del beso susurrado y del tamaño de tus dedos.


No puede ser. De verdad que descuidado soy, y mira que me avisó con sus ojos de malvada, "en cuanto te descuides te robaré esa frase que estas a punto de decir y encima tocaré tu caja."


Y la muy malvada la rozó dejando una huella, ¿la dejaría a propósito para que yo la viera o se le olvidaría limpiarla por huir como una fugitiva tramposa?


¿Ahora que hago yo?, ya esta seca y no se puede lavar, ahora me toca sufrir por estas incertidumbres, ¿por qué quiso tocar mi caja?, ¿para qué la quiere?, las últimas personas que la tuvieron en sus manos poco después no sabían que hacer con ella y me la devolvieron cada vez más rota, ¿para eso me la piden?, ¿y tu qué?, ¿por qué me miras así, descarada?.


La verdad es que tu huella queda muy bien con el color rojizo de mi caja, la dejaré ahí por si tengo que buscarte algún día.


Maldita sea hay una huella en mi caja.

jueves, 16 de octubre de 2008

Lo que más me gustaba es lo que más odio.

Reflexionando un poco y mirando en mi pasado amoroso me he dado cuenta que lo que más me gustaba es ahora lo que más odio, bueno quizás la palabra odio es demasiado elevada, incluso hasta par mi corazón, así que si no es odio, si es recelo, resquemor, dolor o rabia. Me explicaré.

Un día (mejor dicho en este caso, noche) me fijé en alguien que más tarde consideraría especial, me fijé en un principio en su amplia sonrisa, en su manera extrovertida de expresarse, tenía ese algo que la hacía diferente.
Hablaba con naturalidad y gracia, en eso tan especial me fijé y poco después me enamoró. Maldita sea la hora en la que me enamoré de ella por esos gestos que la hacían tan simpática, porque no obstante no iba a se él único que se fijara en ellos como era obvio, otros también vieron en ella esa gracilidad de expresiones, tanto es así que por su extroversión, conocía gente nueva y uno de esos nuevos amigos me la arrebató de mis manos, así que empecé a pensar que lo que más me gustaba de ella, esa extroversión y simpatía, fue al final lo que me alejó de la chica simpática, pero en ese instante solo lo presentí como una anécdota hasta mi siguiente relación.

Lo que me gustaba de la siguiente pareja que tuve era su independencia y manera de espantar moscardones (moscardón: chico pesado que habita en las discotecas), porque aquella forma de expresar su independencia me transmitía seguridad y me alejaba de la palabra celos, se estaba muy tranquilo a su lado, no necesitaba conocer más chicos. Pero quién me iba a decir a mí que un día se comportaría conmigo de la manera en la que se comportaba con los demás, tanto amaba su independencia que una tarde se acercó a mi para decirme que se alejaba, que prefería sus estudios y su vida de antes. Así que de nuevo aquello que tanto me gustaba se acabó convirtiendo en lo que acabaría con la relación. Es una ironía lo sé, pero no sé si esto lo pienso yo solo o hay como yo más gente a la que le ocurre que lo que más le gustaba de su pareja poco después se convertiría en lo que más odiaba o en lo que acabó con la historia romántica. Si hay alguien así me gustaría escuchar o leer (en su defecto) su historia.

domingo, 12 de octubre de 2008

Maldita sea.

Maldigo mi vida y todo error que cometí, porque por mi culpa te he arrastrado a ti, no quiero que me veas ya que me avergüenzo de quien soy, de no llevar cuidado y de perjudicarte hasta el limite.

No se que hacer, ni como decirte que me perdones por esto que va a empañar por siempre tu visión sobre mi, déjame cuidarte y a la vez déjame alejarme, déjame tenerme miedo, no dejes nunca de hablarme, no me cojas manía, no sabia lo que ocurría, yo nunca quise perjudicarte, si por las noches ni dormía para cuidarte, como voy a querer hacerte el mal.... no se hacer nada bien.

Dentro de un tiempo quiero que me abraces y que junto con nuestras ultimas lágrimas me digas todo ha pasado, que estas bien, que estoy perdonado, que me sonrías y que vuelvas a ser esa chica alegre que un día me conquistó. PERDÓN.
(Para los ojos suspicaces: esto no tiene nada que ver con infidelidades.)

viernes, 10 de octubre de 2008

La primera y la última


Toda historia de amor se compone como mínimo de dos canciones, la primera y la última, el inicio de la relación y su triste final.


Aun recuerdo aquella canción que escuchaba cuando me enamoré por primera vez, todavía se me erizan los pelos, es algo increíble, porque ya aquella historia está completamente acabada pero ese recuerdo se sigue grabando en mi cuando escucho de nuevo esa vieja melodía.


Una canción que te llena de felicidad recordar cuando estas con tu pareja, pero que sin embargo cuando la historia culmina, ya no puedes escucharla, es como si te clavaran mil puñaladas en el corazón, sin concesión alguna, sin remedio, sin piedad, sin resentimientos, y no puedes escuchar esa melodía, a veces ni siquiera otra canciones del grupo que la cantaba ni nada relacionado con ello.


Hace bien poco tuve que salir corriendo de aquel lugar nocturno cuando presentí que iba a sonar esa mal intencionada canción, tan solo fue escuchar el inicio de los acordes y ya me recorrió por mi cuerpo una sensación de tristeza y de desasosiego enormes, acompañada de otra sensación de ansiedad que hacia que aquel lugar se volviera cada vez más pequeño hasta que parecia que conseguía atraparme con sus paredes, encerrado con esa insoportable canción que tanto me gustaba en antaño. Salí de allí con la cara descompuesta con una pequeña lágrima recorriendo mi mejilla, huyendo de aquel mal tratador lugar, huyendo de mis recuerdos, huyendo de ella, huyendo de todo. Esa maldita canción primera queda grabada para bien o para mal en tu maltrecho cerebro, en tu imborrable recuerdo.


La última canción, es una canción de cura, que sirve para calmar tus heridas, una canción con la que llorar la perdida, con la que llorar tu desgracia, una melodía que dicta compasión hacia ti mismo, que te reclama tanto como tu a ella, es un sonido que te lleva de nuevo a la calma, la canción que te sirvió para olvidarla y comenzar de nuevo, esta canción tampoco se olvida en la vida y pasará un tiempo, largo tiempo y al escucharla viajaras al final del verano en el que ella te dejó y recordaras como con esa canción olvidaste el sufrimiento.... solo una sensación de superación y nostalgia invadirá tu cuerpo en ese momento, después.... después querrás escuchar nuevas canciones.

martes, 7 de octubre de 2008

No tan lejos


Arrastrado, vislumbrando el camino, pero con pocas fuerzas para saber a donde quiero ir. Parece claro que todos viajamos en el mismo tren porque queremos ir a mismo sitio, otros prefieren ir en bicicleta, dicen que para disfrutar mejor del paisaje mientras llegan a su destino, otros van en avión para recorrer el mismo camino pero en menos tiempo, cada uno elige su manera de llegar, a mi me echaron del tren y ahora me toca ir andando.


Al parecer no soy el único al que han echado del tren, detrás de mi veo una persona con una pequeña maleta de viaje que también ha bajado, quizás a ella no la echaron sino que se bajo por cuenta propia y decidió ir andando, se cansó de las comodidades del tren y prefirió llegar con el sufrimiento de aguantar todo el camino con un calzado que se va gastando, deteriorando a cada paso que da.


Me detengo a esperarla, la curiosidad me puede, tengo que preguntarle porqué bajó del tren y ahora hace el camino a pie. Se acerca con una sonrisa hacia mi, se detiene, me mira y dice:


"Si a donde queremos ir no esta tan lejos"


"¿ Como estas tan segura?"- dije yo.


"Porqué podemos parar donde quieras y ese será el lugar a donde nos dirigíamos"


"¿Dices que cualquier sitio puede ser el bueno?, ¿podemos parar ahora mismo y habríamos llegado a nuestro destino?"


"¿Te gusta este sitio para asentarnos?- respondió ella".


"La verdad es que no, me parece inhóspito y algo desagradable".


"Pues entonces aún no hemos llegado, cuando llegamos lo sabrás de sobra".


Me quedé mirándola, tenía esa determinación de las personas que saben lo que quieren a cada momento, a lo mejor en su interior albergaba tanto miedo como yo por no saber en verdad cómo, ni dónde, ni de qué manera se llegaba a nuestro destino, pero si lo tenía, lo disimulaba muy bien. Quería saber más de ella, me intrigaba, era una desconocida que a cada paso que dábamos se iba haciendo más familiar, tenia la sensación de que si existí en otra vida, seguramente ya me habría cruzado con ella en ese pasado. Quería acompañarla hasta el final de su camino.


"¿Puedo hacerte compañía hasta que lleguemos a nuestro destino?"- pregunté yo.


"Me lo pensaré mientras caminamos juntos"- respondió ella con una sonrisa.


Y así caminamos uno al lado del otro, paso a paso, palabra tras palabra sabiendo que en verdad nuestro lugar de destino no estaba tan lejos......



viernes, 3 de octubre de 2008

Chico fragil (miradas)



Andaba siempre despacio medio alicaído, buscando con la mirada un rostro que le comprendiera, un rostro que dibujara entendimiento, necesitaba una mirada femenina que le transportara a un lugar seguro.

No todo el mundo mira igual, al pasar por delante de las personas pueden obviarte, pueden mirarte fugazmente, pueden mirar hacia el lado contrario de tu cara, pueden mirar al suelo o pueden clavar su pupila en la tuya y en este último caso es algo extraño, porque en ese segundo surge como una especie de interrogante cuando esas miradas se cruzan, la persona pasa, mira y se aleja pero ese instante se queda como grabado en la memoria por unos momentos y lo recuerdas. Puedes pensar muchas cosas como: que ojos tan bonitos tenía, me suena su cara, ¿por qué se me habrá quedado mirando? o incluso puedes no pensar en nada pero esa mirada que se cruza puede dejarte por un instante absorto, aunque poco después la sensación se desvanezca.

El chico frágil, había pasado más de un cuarto de su vida analizando esas miradas fugaces que se clavan en la retina, miradas pasajeras que unas veces le llenaban de energía y otras le devolvían a su estado alicaído.

Se había convertido en una necesidad mirar a los ojos del resto del mundo, es como si dijera con ello: “por favor sácame de esta situación de tristeza con tu mirada de comprensión”. Otras veces solo quería observar caras porque esto le producía una sensación de bienestar, cuando uno mira una cara agradable se siente momentáneamente bien y apetece seguir mirándola siempre desde el respeto al espacio vital del otro. Otras veces solo quería sentirse observado por las pupilas ajenas, cuando uno mira a alguien a los ojos suele ocurrir que de manera instintiva el otro te devuelve esa mirada, él algunas veces quería sentirse vivo, que los demás supieran que está ahí, que existe.

Este chico frágil puede estar en cualquier autobús de cualquier línea esperando una respuesta de una mirada en concreto, mírale, sonríele no te cuesta nada hacer feliz con tu mirada a este chico frágil y triste. Tus ojos pueden alegrarle el día sin que lo sepas a ese muchacho que puede ser cualquier persona con la que te cruzas por las calles y con la que mantienes por unos instantes la mirada.

miércoles, 1 de octubre de 2008

De Zion a Babilonia III (Estado Cero)



Mis maletas estaban en la entrada o en este caso en la salida....


Babilonia tiene algo de especial y arrebatadoramente envolvente, en parte por las personas que habitan en él, ya que son encantadoras y absorventes con sus sonrisas que incitan a la locura, la lujuria y el desenfreno, en parte por las posibilidades de distracción que ofrece, es el paraíso para aquel que huye de recuerdos que le atormentan, que huye del dolor o del desamor como era mi caso, enamorado perdidamente de Zion.


Aquí me encuentro de nuevo en el bar donde me reservan la silla para que mis desgastados riñones trabajen cómodamente en el regazo de la cantina, el camarero con su sonrisa perversa me invita a beber y me dice: "¿lo mismo de siempre?", "si, mi vodka con redbull, por favor", respondo yo, arriba el dj al ver mi presencia pone la canción que tantas veces pedí en mi estancia en Babilonia, (me equivocaría otra vez), mi copa, mi canción y un cigarro me esperan, otra vez esa sensación de familiaridad, otra vez de nuevo en Babilonia.


Hay chicas a mi alrededor, chicas que miran y que miro pero de las que aún no estoy dispuesto a servirme ni de las que se servirán de mi para acallar sus fuegos internos, no estoy dispuesto a regalarme ante cualquiera.

Prefiero sosegar mi alma y cuerpo primero, reflexionar sobre lo que hice mal y mejorar lo que se hacer bien.


Recuerdo a Zion, sigue siendo imnotizante para mi todo lo relacionado con este lugar, aunque voy notando que poco a poco se irá borrando de mi memoria lo especial que era ese sitio en el que siempre dormía plácidamente. De mi estado de depresión sale en pequeñas cantidades un estado de neutralidad y de calma interior al que yo llamo Estado Cero (ni frió, ni calor), caracterizado por apatía, somnolencia y neutralidad ante mis emociones internas, el amor que sentía se va apagando y con ello mi estado mental de intranquilidad. Al Estado Cero se llega distrayendo la mente con otras preocupaciones y distracciones como son estudios, trabajos o cualquier tipo de cosa que te mantenga lejos de los pensamientos de vacío que produce la perdida de algo a lo que amas.


Días de Estado Cero se combinan con días de querer volver a saber algo de Zion, mandar una carta, llamar al embajador de Zion lo que sea para volver a estar en contacto, poco a poco el Estado Cero se comerá definitivamente a estos estados de regresión al sufrimiento y un día me levantaré siendo yo mismo de nuevo.

martes, 30 de septiembre de 2008

De zion a Babilonia II (La sentencia).




Oigo pasos, alguien lentamente se acerca hacia mi celda....




Delante mio se encontraba, con sus ojos sentenciadores, con la mirada fija en mi, asustándome, haciéndome temblar por lo que estaba a punto de decir, aquella juez sentenciadora.
Detrás de ella y formando una barrera, se encontraban sus tres abogados serios con sus miradas clavadas en mi, como si hubiera cometido el peor pecado jamas realizado en Zion.


Uno de los abogados apellidado Tiempo, a su vez tenia dos secretarias detrás de él, Recuerdos y Futuro, Recuerdos le recordaba al SR Tiempo que cosas hice en el pasado, las buenas, las malas y las peores, trayendo consigo emociones y sentimientos antiguos, su punto de vista sobre mi variaba, a ratos a favor a ratos en contra según el recuerdo que traía a la mente de la juez. Futuro en cambio no hablaba de mi, sino de lo que acontecería en aquel lugar sin mi presencia, hablaba de incertidumbre y perdición.




Otro de los abogados, el que se hallaba justo detrás de la espalda de la juez, se apellidaba Amor, este abogado tenia tras si, tres secretarias cuyos nombres eran Pasión, Intimidad y Compromiso. Intimidad le recordaba a la juez el grado en el que Zion se sentía unido a mi, lo que nos diferenciaba a nosotros dos del resto de personas que vagaban por Babilonia, Pasión le hablaba de la parte más carnal con la que se enlazaba Zion a este humilde ser, sus besos apasionados, abrazos de unión en lo mas profundo de sus distintas almas. Por último, a la izquierda de la juez, se encontraba Compromiso, ella se encargaba de hacerle pensar en el grado que estaba dispuesto a aceptar en su regazo a este pobre desgraciado que soy yo.




El ultimo abogado que se encontraba detrás de la juez, en aquel cuartucho donde me tenían preso, se apellidaba Muerte y este a su vez contaba con dos secretarias: Ruptura y Duelo. Ruptura, mujer seria y cruel, hablaba despacio pero con precisión de lo necesario que era que a mi me llevaran lejos de allí, de vuelta a Babilonia. Duelo, mujer blanquecina que hablaba susurrando, le decía al abogado que todo es un proceso por el que hay que pasar y que había llegado el momento. Ni que decir tiene que este trio ultimo era el que más en contra estaba de mi estancia y permanencia en Zion.


Allí me encontraba en aquel cuarto mal decorado, allí con todas aquellas miradas sentenciadoras, con aquel sentimiento de inocencia que se borraba poco a poco para ir convirtiéndose en culpa y auto-crítica, ¿Qué habré hecho yo para que quieran echarme de aquí?, ¿tan mal me he portado en el tiempo que vivo en Zion?.


De la boca de todos ellos al unísono salio como escondida en titubeos una frase que se fue apagando hasta llegar solo de los labios de la juez:


" Tienes que volver a Babilonia."


La sentencia ya estaba dictada y escupida por la juez. Un sentimiento de vacío empezó a inundarme, mis ojos se enrojecían a cada segundo que pasaba, yo solo soy un pobre diablo enamorado de Zion, no hago daño a nadie, me decía a mi mismo, dejenme aquí, agarrado a sus muros, sus piedras, su olor, su sabor, dejenme aquí por siempre no me devuelvan a Babilonia, por favor.....


En Zion no estaba bien visto montar escándalos, ni yo tampoco estaba predispuesto a ello, por eso un halo de tranquilidad y buen humor se desató después de la sentencia.

Zion decidió recordar solo lo bueno que yo llevé hasta allí y a cambio yo recordaría con cariño todo lo bueno que se me entrego en aquel precioso lugar. Me iría con una sonrisa entrecortada con pequeñas lágrimas de tristeza, al menos he podido conocer la ciudad prometida.


Me dejé querer por última vez, fui besado, abrazado, yo besé y abracé también, sonreí y me marché de aquel lugar. Siempre se puede volver a Zion aunque no seas tu quién lo decidas, decían los mayores de aquel lugar.


Mis maletas estaban en la entrada.....






jueves, 25 de septiembre de 2008

De Zion a Babilonia


Toqué con los dedos Zion, la ciudad prometida, estuve en ella, me enamoré de ella. No quería saber nada más de babilonia, la ciudad corrupta, no quería saber nada por fin de sus vicios, de los personajes corruptos que en ella habitan, de las ganas de engañar al que dicen que aman, del alcohol nocturno, de sus humos, de las miradas lascivas de una noche, que al día siguiente se convierten en miradas de vergüenza, pudor y horror, de vagar tambaleándome como si las sombras me confundieran a cada minuto que se hacia más oscuro. Salí de aquel infierno porque ella me tendió una mano, escapé del lodo.


Zion es preciosa, te hace sentir pleno, limpio, sano, amable, grácil, alegre, comprensivo, te hace sentir que se puede confiar de nuevo en el ser humano. Las reglas para estar allí en aquel maravilloso lugar son confusas, azarosas y apenas inteligibles para las personas, pero hay una regla básica, estar dispuesto a dar amor, ofrecer respeto, cariño y apoyo al otro, eso no implica que aún dándolo, siendo el mejor amante, no te puedan echar en cualquier momento, te pueden desterrar incluso no equivocándote nunca, en cualquier instante puedes estar de vuelta a babilonia, apenas sin saber porqué.


Y es a Babilonia a donde estoy a punto de volver.

Estos días se celebra mi juicio, en este momento me encuentro preso entre cuatro paredes a la espera de la resolución de mi sentencia. Se me acusa de haber amado fielmente a alguien, de haberlo dado todo por la otra persona, se me acusa de no haber pensado un poco más en mi, se me acusa de que lo primero para mi es estar a gusto en una relación por encima de otras muchas cosas, se me acusa del paso del tiempo, del olvido, del poder estar bien lejos de mi.


Estas cuatro paredes son horrorosas, el decorador tiene un gusto horrendo, las ha pintado color tristeza, agonía, con toques de desesperación, realmente no apetece nada estar aquí encerrado, uno desea saber ya que veredicto han resuelto, hacia donde se dirige mi destino, es una agonía que te hagan esperar así.


Anoche recordé como era Babilonia, por eso no pude dormir. Lo único bueno de Babilonia es que en cualquier momento sin saber ni cuándo ni dónde alguien maravilloso puede rescatarte de nuevo, quizá pase mucho tiempo hasta encontrar una frágil muñeca con su frágil mano con sus delgados dedos a los que esté dispuesto a agarrarme de nuevo.


Sueño con que aún se me quiere en Zion y que esto es solamente una confusión tonta de los jueces sentenciadores. Lo malo de haber conocido Zion es que ya no quieres conocer más lugares y mucho menos volver a Babilonia, pero seguramente en este instante ya este viajando de Zion a Babilonia. Oigo pasos, alguien lentamente se acerca hacia mi celda.......

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Yo hablo de amor y tu de queso.

Que bonito es cuando tu le estas hablando de cosas románticas a tu pareja y ella te responde con algo que no tiene nada que ver.

Es algo así como esto:

"Ayer estuve pensando un montón en ti, pienso que eres genial."- eso lo dices tu-.

"¿Sabes que me han robado el queso del frigorífico?" -y esto contesta tu ser amado, aunque después de esto no se si tan amado-.

Ahí, en ese momento tuyo de sinceridad y catarsis con el ser al que amas y con esa respuesta de tu pareja, ¿como se reacciona? ¿Qué palabras tuyas van a salir después de ese delicioso comentario?, delicioso y no porque hable de queso, delicioso porque es un regalo para tus oídos, recibir tan magna gracia de tu pareja.

Supongo que uno acaba resignándose y termina tirando el romanticismo a la basura y mira que yo lucho aunque sea para reciclarlo, de verdad, soy un antiguo, un no practico, me gusta seguir diciendo las cosas que siento y por supuesto me gusta el queso que conste, yo también me apenaría si me robaran el queso y más si es lo único que me quedará para cenar, pero que encima te cuelguen diciendo:

"Oye te voy a colgar, porque tengo que contarle lo del queso a una amiga, ya hablamos".

A mi se me quedó una cara parecida a esta o un poco peor, con cara como de incredulidad y bobaliconez a la misma vez.
Así es el amor supongo, mientras que uno piensa en brindarle esquisiteces, el otro a veces te brinda realidades sabor Roqueford. Pero todo es perdonable en esta vida, según lo que estés dispuesto a cenarte claro.
Este ha sido un hecho real con tintes irónicos y algo exagerado, es una manera de quejarme amablemente de algunos descuidos que tienen las parejas a veces. Hay una persona en especial que leerá esto, espero que no le siente mal y si le sienta mal le regalaré un queso grande e inrrobable (si es que existe esa palabra). Tontica Queso.



domingo, 21 de septiembre de 2008

Dar y recibir


Voy a hablar esta vez de dar y recibir (sin referirme a nada sexual, lo aclaro por si hay algún mal pensado).
Sabiendo las necesidades que necesita cubrir de cada miembro de la pareja, podremos saber si se encuentran en una situación de equilibrio y por tanto ser una pareja con posibilidades de que funcione o por el contrario encontrarnos con una pareja en desequilibrio, con las posibilidades que esto conlleva de ruptura.
Podemos diferenciar cuatro tipos de personas, según el grado en que necesitan cubrir sus necesidades, estas son:
1) Las que dan mucho al otro y desean recibir también mucho.
2) Las que dan poco y necesitan también poco del otro.
3) Las que dan mucho y no necesitan recibir mucho.
4) Las que dan poco y quieren recibir en cambio mucho (siempre hablando de dar y recibir refuerzos como: caricias, abrazos, besos y otras muchas necesidades...).
Por ello el equilibrio no es dar el 50% por parte de cada miembro, deducimos por los tipos de personas, que quizás un individuo estará en una relación donde él da mucho y recibe poco y sin embargo encuentra en ello su equilibrio y la relación funciona correctamente.
Son varios los tipos de parejas que podemos hallar y que se encontraran en equilibrio o no según si son cubiertas sus necesidades, estos tipos son:
a) Ambos miembros de la pareja dan mucho y quieren recibir mucho a cambio. Esta pareja se encuentra en claro equilibrio ya que ambos cubren sus necesidades, un ejemplo claro seria la típica pareja de empalagosos, que están todo el día preguntándose el uno al otro si se quieren, una pareja que le importa bien poco quien haya al lado, ya que ellos están a lo suyo, con besos continuos, etc, etc. Lo de empalagosos lo digo con cariño.
b) Ambos miembros de la pareja dan poco y quieren recibir poco a cambio. Ambos están en equilibrio y cubren perfectamente sus necesidades. Es la clásica pareja tempano de hielo, donde con poco que se demuestren que se quieren tienen suficiente.
c) Un miembro de la pareja quiere recibir mucho y da poco y el otro quiere dar mucho y recibir poco. Aunque a simple vista parezca extraño, esta pareja se mantiene en equilibrio. Es el tipo de pareja egoísta-altruista o independiente-dependiente, donde uno se contenta con darle todo al otro y no se molesta si recibe poco y en cambio al otro miembro le ocurre lo contrario. Desde fuera esta pareja puede antojarse extraña y que uno de los dos parezca que este sufriendo o en desventaja, pero en realidad se trata de una pareja bien avenida y equilibrada, aun que no podamos entenderlos.
d) Ambos miembros de la pareja quieren recibir mucho y sin embargo dan poco. Esta pareja esta claramente desequilibrada, envuelta en una relación tormentosa, donde se mira con lupa lo que el otro da y lo que recibe a cambio. Es una lucha de egos en la que ninguno saldrá beneficiado, una pareja viciada que suele romperse al poco de juntarse.
e) Ambos miembros quieren dar mucho y recibir poco. Esta pareja sufre un desequilibrio, ya que ambas partes de la pareja acaban agobiando a la otra parte. Es de esas relaciones que cuando sales te sientes liberado. Este tipo de pareja suele ser el menos común. Otras parejas que se encuentran en este tipo, también pueden verse en cierto equilibrio, pero suelen ser parejas inestables, donde se sale y se entra de la relación.
Estos son cinco de los tipos que podemos encontrarnos a la hora de formar una pareja, siempre hablando en grados, hay grados intermedios donde ni se da ni se recibe mucho, pero como en toda relación esto de dar refuerzos y recibirlos va sufriendo modificaciones según avanza el ciclo de la pareja.
Puedes ahora mirarte a ti mismo y a tu pareja para ver donde os encontráis. Suerte.

DELIRIOS Y LOCURA

DELIRIOS Y LOCURA

Delirios y otros problemas

Bienllegados a la pagina donde todos vuestros delirios serán recompensados con miradas de incomprensión y rechazo amable.
Nos movemos incesantemente por sendas incautas, ataques de locura anonimos y vulgaridades encendidas por el alcohol de cualquier cantina.
No vengo a vender nada de valor ni a regalar una sonrisa verdadera, vengo para quedarme sentado mientras tu disfrutas de la ignorancia de los demás.
Vengo para quedarme sentado entre tus historias de a media tarde, para escucharlas, leerlas y enmudecer al ver que todos somos tan parecidos, tan complejamente simples.....
Me siento y te escucho. Sientate y escuchate. Sentemonos a escucharnos.Escuchame si puedes.